Estamos asistiendo a la mayor revolución tecnológica de la historia: es un hecho. Y que las empresas que nos dedicamos al sector de la tecnología o que la llevamos integrada en nuestro ADN, tenemos un papel relevante en este cambio de paradigma, también lo es. Asistimos asombrados a avances como la integración de la inteligencia artificial en nuestras vidas y en nuestros trabajos pero más allá de estos cambios disruptivos, debemos ser muy conscientes de que el cambio de modelo debe llevar aparejado un cambio en nuestra forma de pensar; me refiero a pensar y a actuar de manera sostenible.Hace algunos años ya que las empresas nos lanzamos a una
2022 ha sido un año en el que las organizaciones asociadas a Hegan han visto recompensado el esfuerzo realizado durante los dos años de crisis. Esa vuelta a la ‘normalidad’ ha supuesto un desafío importante al exigir la reactivación de toda la industria y la cadena de suministro en un entorno muy complejo que ha provocado que, si bien se ha aumentado la facturación, los márgenes han sufrido un declive muy acusado. El retorno gradual a los valores de tráfico aéreo, en cualquier caso, nos devuelve el optimismo perdido en 2020, al tiempo que la incertidumbre mundial nos mantiene en alerta constante para mantener, recuperar y aumentar la posición