2022 ha cerrado con un crecimiento conjunto mayor de lo esperado, si bien con una clara tendencia a la desaceleración, tanto en actividad como en empleo. Nos enfrentamos a un escenario de baja rentabilidad y altos costes por un entorno de crisis energética e incremento de los precios tanto para las familias como para las empresas, que nos abocan a una fuerte reducción de los márgenes empresariales. A pesar de todo, es cierto que la economía vasca ha registrado en 2022 un incremento del PIB del 4’3%, en la línea de lo estimado por Confebask (4’2%), aunque en la franja baja de la horquilla prevista. El conjunto de analistas ya atisbábamos un
Introduce el contenido aquí A nadie se le escapa que nos encontramos ante un momento caracterizado por la incertidumbre y la inestabilidad económica, la redefinición de las cadenas de suministro, la eliminación de dependencias externas que ponen en riesgo nuestra economía y nuestro bienestar, donde la globalización cobra una nueva dimensión, y el arraigo de lo local adquiere gran relevancia. Nos enfrentamos a grandes transformaciones sociales y económicas de las que el cooperativismo no es ajeno, ni pretende serlo. Un contexto actual que no se puede abordar sin entender los tres grandes aceleradores de cambio que están definiendo lo que ser