Atreverse a cambiar era el primer paso. Atreverse a acordar, una necesidad. Y así es como Lanbide se encamina al cambio más profundo, al imprescindible, para ser el buque insignia, la referencia imprescindible, el servicio público en el que confíen empresas y ciudadanía. No llegamos hace tres años sólo a gestionar con mayor eficacia, nos advirtió la vicelehendakari y consejera de Empleo, Idoia Mendia, sino a transformar. Y transformar Lanbide es hacer virar todo un trasatlántico hacia la eficiencia, sin hacer zozobrar el barco por el camino.Porque en su primera década de vida Lanbide tuvo que afrontar dos profundas crisis, la financiera y la
La inflación desatada tras la salida de la pandemia, y acelerada el pasado año, es un quebradero de cabeza para los responsables de la política económica y, también, para quienes se ocupan de las compras y las finanzas en las empresas. Diferentes circunstancias han contribuido a que los precios estén disparados en nuestro entorno: factores ligados a la recuperación pospandemia, los problemas en las cadenas de suministro, la escasez de algunas materias primas, la invasión de Ucrania y la recuperación de márgenes. Y todo ello crea incertidumbre en las empresas a la hora de tomar decisiones de inversión futura, por lo que la labor de los bancos