“Tándem para la innovación”

Irene Esteban. Finanzas Corporativas Elkargi

Irene Esteban. Finanzas Corporativas Elkargi. Foto: Elkargi

El fenómeno del ‘corporate venture capital’ está en auge. Cada vez más, empresas industriales y grandes corporaciones apuestan por adquirir o invertir en startups. ¿Por qué? Entre muchas razones, para acelerar la innovación.
 Vivimos en la era de la transformación disruptiva, donde el cambio es la única constante. En el entorno actual, en rápida evolución, los cambios se producen mucho más rápido que hace un par de décadas y las empresas deben adaptarse constantemente para ser competitivas, sobrevivir y prosperar.
Diversos estudios de fondos especializados en inversiones corporativas destacan que, ocho de cada 10 de las grandes empresas que han invertido en startups, lo hacen motivadas por estar a la vanguardia. Más que un beneficio financiero, buscan innovación y adaptarse rápido a nuevos modelos de negocio en un entorno más digital y dinámico.
Lo hacen buscando sinergias estratégicas, buscando mejorar y elevar su competitividad a futuro. Estas corporaciones, a través de vehículos de inversión propios o inversiones directas, escogen cuidadosamente startups que estén alineadas con su estrategia de negocio. Las empresas acceden al desarrollo de nuevas tecnologías y metodologías disruptivas alineadas con su estrategia sin necesidad de un costoso y lento desarrollo interno.
El factor tiempo hoy, es más determinante que nunca, la velocidad de innovación depende, entre otros factores, de los recursos disponibles y del talento para innovar. La inversión en startups facilita a las empresas incorporar talento joven, creativo, enfocado e implicado en el desarrollo de innovación y tecnología disruptiva en su sector; y lo hace sin el coste de contratación y retención interna y facilitando acortar los tiempos de desarrollo.
Pero este ‘match’ beneficia a las dos partes. De lo contrario no se daría. Así, integrarse o ser participado por una gran empresa facilita a las startups obtener un respaldo financiero y la infraestructura necesaria para escalar rápidamente. En este tipo de alianzas, encuentran su oportunidad para crecer exponencialmente. El respaldo de un socio industrial no solo facilita el acceso a un mercado consolidado, sino que también aporta valiosos conocimientos sobre la industria y redes de clientes que aceleran su posicionamiento. Les ayuda a mejorar la gestión y mitigar riesgos, no solo financieros, también técnicos, mejorando la calidad del producto o servicio que ofrecen.
Hay diferentes fórmulas para lograr este alineamiento: desde acuerdos cliente-proveedor hasta inyecciones de capital, en las que, además de financiación, las empresas aportan a las startups recursos estratégicos e intangibles. La posibilidad de testear sus desarrollos permite a las startups validar sus productos en el mercado. Poder testear es clave. La empresa industrial, por su parte, accede a nuevas ideas sin tener que innovar desde cero.
El conocimiento que tenemos en Elkargi del tejido empresarial y nuestra proximidad real desde hace unos años con el ecosistema emprendedor, nos lleva a concluir que la inversión en startups forma, y formará cada vez más, parte de la estrategia de negocio de las empresas. No solo como una fuente de innovación, sino como un pilar decisivo para mejorar su competitividad y enriquecer su propuesta de valor. A cambio, los proyectos emprendedores tienen aquí un camino más ágil para escalar, potenciadas por los recursos y la estructura de sus socios industriales.

No hay tiempo que perder. Desde Elkargi apoyándonos en la cercanía y conocimiento que tenemos de industria y startups, seguiremos conectando este tándem sinónimo de crecimiento y bienestar.

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