Iniciamos el año con la mochila de problemas acumulados en el ejercicio anterior sin descargar y con un nuevo protagonista que se ha adherido a las preocupaciones empresariales en Álava como es la crispación política. Toda convocatoria electoral genera cierta incertidumbre a la espera de que el nuevo gobierno nacido de las urnas sea capaz de aglutinar los apoyos necesarios para acometer una gestión eficaz. Euskadi no es una excepción, y pese a que en el momento que escribo estas líneas aún ni siquiera se han convocado las elecciones al Parlamento Vasco, la inminente cita con las urnas concita todas las miradas, incluidas las empresariales. Pe
Las recientes encuestas de coyuntura realizadas por las organizaciones empresariales vascas han desvelado las expectativas de las empresas, sus previsiones y estimaciones. En general, no son malas las perspectivas para estos próximos meses o, al menos, así lo expresan las compañías consultadas. Y también hablan de sus preocupaciones que, como viene ocurriendo desde hace ya unos años, tienen que ver con el clima político y con las personas. Mejor dicho, con la falta de ellas. Uno de los principales quebraderos de cabeza de los gestores empresariales es, hoy en día, encontrar personas adecuadas para ocupar diferentes perfiles. Eso que se denomi