“Premios Arizmendiarrieta: Un reconocimiento a la humanización de empresas y organizaciones”

Juan Manuel Sinde, presidente de Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa

Juan Manuel Sinde, presidente de Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa. Foto: Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa

Como posiblemente es conocido, los Premios Arizmendiarrieta Sariak quieren distinguir a las empresas y entidades sin ánimo de lucro que están implementando los valores y sistemas de gestión recomendados en el Modelo Inclusivo Participativo de Empresa, que se caracteriza por tratar de conciliar la competitividad de las empresas y organizaciones con el desarrollo de las personas que en ellas trabajan, que trata de sustituir la confrontación como actitud básica por una cooperación que genere beneficios para todos y que se preocupa de la Comunidad en que se inserta y del impacto que tiene su actividad en el medio ambiente circundante.

Este año los Jurados respectivos han decidido los ganadores siguientes: en la categoría de empresas, Egamaster y Grupo Zigor, en Álava; Ingeteam, en Bizkaia; Cadinox, en Gipuzkoa, e IED, en Navarra; en la categoría de entidades sin ánimo de lucro, Urkide Ikastetxea, en Araba; Cáritas, en Bizkaia, y Matia Fundazioa, en Gipuzkoa.

Es reseñable que el planteamiento que hacemos responde ya a una corriente que poco a poco se va imponiendo en el mundo occidental. Así, cada vez más empresas van experimentando que los nuevos profesionales que se incorporan al mundo empresarial, además de buenas condiciones económicas, van reclamando un sentido a su trabajo, reclaman un propósito que merezca la pena a la empresa en la que prestan sus servicios.

Incluso en USA, en donde tradicionalmente se ha dado un modelo económico más centrado en el beneficio a nivel empresarial e individual, los gurús del management están insistiendo en que una empresa debe generar no sólo beneficios sino también valor social si quiere ser sostenible en el tiempo. Insisten en que la definición del propósito para una empresa no es una moda pasajera sino una tendencia que, en cierto modo, tiene sus raíces en un ansía de las personas por encontrar un sentido a su existencia.

Alguno de estos gurús, como el conocido Gary Hamel, está incluso hablando de humanocracia como contrapunto a la burocracia, organización tradicional del trabajo que, no cabe duda, produjo en el siglo XX unas mejoras de productividad espectaculares, pero que, con el actual grado de desarrollo tecnológico, no permite aprovechar adecuadamente las capacidades humanas de las personas de la empresa.

Y es que los nuevos profesionales han crecido en el entorno de Internet, en el que la influencia de la gente nace de la colaboración y de la reputación. Así, en la red: nadie puede matar una buena idea; cualquiera puede cooperar; cualquiera puede liderar; nadie puede mandar; puedes escoger una causa; puedes fácilmente construir sobre lo que otros han hecho; no tienes que tolerar a matones y tiranos; no se margina a los activistas; suele ganar la excelencia y no la mediocridad; las normas que matan la pasión se revierten; las grandes contribuciones se reconocen y se celebran.

Todavía no hace mucho tiempo hemos tenido la oportunidad de comprobar la tendencia que propugnamos al haber sido invitados a participar en un Seminario en el Parlamento europeo para presentar el Modelo de empresa que estamos promoviendo. Por otro lado, la receptividad que estamos encontrando en las presentaciones internacionales entendemos que se debe en parte a la flexibilidad a la hora de adaptar el Modelo a las distintas sensibilidades de los agentes sociales de lugares muy diversos.

En ese sentido, es preciso reiterar que lo importante no es aplicar el Modelo con rigidez, sino ponerse en marcha en la dirección sugerida, como de hecho ya existen propuestas para hacerlo desde distintas organizaciones empresariales de los distintos herrialdes del País.

Como Fundación Arizmendiarrieta deseamos seguir haciendo una contribución a ese camino de humanización de empresas y organizaciones para mejorar su competitividad y eficiencia, de forma que se pueda ir cumpliendo el objetivo de Arizmendiarrieta de transformar la empresa para transformar la sociedad.

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