“El reto del crecimiento”

Xabier Gil Díaz de Alda, socio director de IKEI Research & Consultancy

Xabier Gil Díaz de Alda, socio director de IKEI Research & Consultancy.

Cuando visitamos una pequeña o mediana empresa y preguntamos sobre aspectos de la actividad - ventas, evolución de los costos de aprovisionamiento, previsiones de cierre y perspectivas de desarrollo a medio plazo- con frecuencia, directa o indirectamente, surge la cuestión del crecimiento y la forma de impulsarlo. Este mismo asunto se presenta cuando colaboramos con las empresas en la elaboración de sus Planes Estratégicos. Realizamos diagnósticos, identificamos retos y estrategias y, a la hora de concretar y fijar objetivos, nuevamente surge la dificultad de concretar cuánto y cómo crecer, especialmente en sectores maduros, competidos y con situación coyuntura compleja, esto es, en la mayor parte de nuestro tejido empresarial.

En el ámbito de los deportes de equipo, si salimos a jugar un partido buscando empatarlo es muy probable que lo perdamos. De manera similar, en el mundo empresarial el reto también debería ser salir a ganar, esto es, pensar en crecer sin descuidar la rentabilidad. Desarrollarse y crecer debe ser, en general, un objetivo cuyo logro posibilite la continuidad del proyecto empresarial.

Impulsar el crecimiento debería figurar en la hoja de ruta de las pequeñas y medianas empresas. Una mayor dimensión permitirá beneficiarse de sinergias y economías de escala, mejorar el acceso a financiación, acceder a nuevas tecnologías y conocimientos y diferenciar o diversificar productos y servicios, mejorando así la competitividad de la compañía, su posicionamiento en el mercado y las posibilidades de supervivencia en el medio y largo plazo. Una empresa con una prolongada falta de crecimiento, por contrapartida, traslada señales de deterioro, manifestado, con toda probabilidad, en una pérdida de competitividad y relevancia dentro de su sector.

Por todo ello, desarrollar la actividad, crecer y ganar dimensión deben ser un reto para las empresas. Tomando en cuenta los CNAEs de la industria manufacturera (códigos a dos dígitos comprendidos entre 10 y 33) de las empresas que han presentado sus cuentas anuales en el Registro Mercantil en los dos últimos años disponibles en Euskadi (es decir, 2022 frente a 2021), se observa que el crecimiento relativo de los ingresos de las medianas y grandes empresas ha superado al de las pequeñas empresas en cuatro puntos porcentuales. A su vez, las empresas grandes crecen más que las medianas, haciéndose proporcionalmente más grandes, en un proceso de incremento de cuota de mercado y concentración que se constata de manera evidente.

En este contexto es conveniente recordar que existen dos maneras de abordar el reto del crecimiento empresarial. El crecimiento orgánico es la modalidad habitualmente elegida por la mayoría de las empresas, pero por esta vía resulta complicado mantener o superar los ritmos de crecimiento del mercado, sin adoptar alguna innovación diferencial, ya sea tecnológica o no tecnológica. Otra vía de crecimiento, a menudo muy poco explorada por las pequeñas y medianas empresas, conlleva el despliegue de una estrategia de desarrollo inorgánico, basada en la adquisición de otras empresas pudiendo apoyarse, para ello, en financiación ajena -deuda y capital- a utilizar de manera inteligente y conveniente; esta estrategia ofrece un complemento o supone una excelente alternativa al crecimiento orgánico.

En resumen, para las pequeñas y medianas empresas crecer a través de la implantación de una estrategia de crecimiento inorgánico no solo es una vía para aumentar ingresos e incrementar rentabilidad, sino una herramienta clave para mejorar posicionamiento de mercado y la permanencia del proyecto empresarial. Reflexionemos sobre ello y, como apuntaba uno de mis socios hace ya unos años, se trata de “crecer o desaparecer”.

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