“Desafíos y resiliencia: El modelo cooperativista en Euskadi”

Rosa Lavín Ibarra, presidenta de Konfekoop

Rosa Lavín Ibarra, presidenta de Konfekoop

Las empresas cooperativas son un pilar fundamental en el desarrollo económico y social de nuestro país; no se puede entender la Euskadi actual sin la aportación de nuestro modelo cooperativo. En un contexto geopolítico cambiante y dinámico como el que vivimos, las cooperativas han demostrado una resiliencia notable, pero no estamos exentas de desafíos significativos.
Este año 2024, se estima un crecimiento del 1,5% del PIB para Euskadi, por encima del conjunto de la zona euro, pero la OCDE apunta una tendencia general de ralentización de la economía mundial y las cooperativas estamos preparadas para los desafíos a los que nos enfrentamos en el futuro próximo, porque hemos hecho nuestros deberes. Entre otras muchas cuestiones, hemos tenido que ir adaptando nuestros procesos de producción y redefiniendo las cadenas de suministro, potenciando nuestra apuesta por la innovación para seguir siendo competitivas. 
La pandemia de Covid-19 ha dejado cicatrices profundas en la economía mundial y una profunda huella en la sociedad y en el tejido empresarial. Si bien las empresas cooperativas han mostrado una mayor capacidad de resistencia en comparación con muchas empresas tradicionales, no hemos sido inmunes a los desafíos económicos resultantes de la crisis. Interrupciones en las cadenas de suministro, cambios en la demanda del consumidor y restricciones en la movilidad han puesto a prueba nuestra resiliencia. Sin embargo, hemos demostrado una vez más nuestra capacidad para adaptarnos y encontrar soluciones innovadoras incluso en los momentos más difíciles.
Mirando hacia el futuro, las empresas cooperativas en Euskadi nos enfrentamos a una serie de desafíos importantes. Uno de los principales es mantener la competitividad en un entorno empresarial cada vez más globalizado y digitalizado, donde la Inteligencia Artificial ya se ha abierto paso. Esto requerirá inversiones significativas en tecnología y capacitación de las personas trabajadoras para asegurar que seguimos estando a la vanguardia de la innovación y preparados para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Cabe recordar que Euskadi se mantiene a la cabeza de las comunidades autónomas en Investigación y Desarrollo, y alcanza el 2,32% de inversión sobre el PIB según Eurostat, por encima de la media europea del 2,27% y muy superior a la del Estado español, que se sitúa en el 1,43%. Además, nuestro modelo empresarial cooperativo presenta tasas de innovación superiores al resto del tejido empresarial vasco: en la industria, alcanzamos un 33,4%, frente al 27,3% del promedio industrial vasco, y en servicios, un 28,1%, superando en 7 puntos porcentuales el indicador medio del sector.
La innovación no es una elección, es parte de nuestra identidad y la clave para asegurar nuestro éxito y avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible. Porque donde realmente radica el éxito es en la singularidad, defensa y promoción de los valores fundamentales del cooperativismo, como la solidaridad, la democracia económica, la participación, la intercooperación, una gobernanza transparente y la transformación social. En un mundo donde el individualismo a menudo prevalece, las cooperativas representamos una alternativa económica sólida y ética, donde el bienestar de las personas trabajadoras y de la comunidad está en el centro de todo lo que hacemos. Entidades empresarialmente competitivas y socialmente comprometidas.
La sostenibilidad también será un tema central en los próximos años. A medida que la conciencia ambiental continúa creciendo, las cooperativas debemos liderar el camino hacia prácticas comerciales más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Esto no solo es importante desde el punto de vista ético, sino también desde una perspectiva económica, ya que las empresas que adoptan enfoques sostenibles a menudo son más resilientes a largo plazo.
En resumen, el modelo cooperativista en Euskadi enfrenta desafíos significativos en un mundo cada vez más complejo y cambiante. Sin embargo, nuestra historia de resiliencia y solidaridad nos brinda una base sólida sobre la cual construir. Con un enfoque en la innovación, la sostenibilidad y la defensa de nuestros valores fundamentales, podemos superar los desafíos que enfrentamos y seguir siendo un motor de progreso y prosperidad en Euskadi.

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