Imaginen un país que en tasa interanual crece un 3,3% el primer trimestre de 2016, el consumo crece un 3,1%, la inversión en bienes de equipo un 10,7%, el sector industrial un 4,8% y el de servicios un 3%. Pensarán ustedes que estoy hablando de una isla en medio de la tormenta global que ha supuesto esta crisis pero no, es Euskadi ni más ni menos. Bueno, he de reconocer que cuando se selecciona información siempre hay sesgo, porque también tenemos una tasa de paro del 12,8% -muy alejada del 5,8% que teníamos el primer trimestre de 2008-, y los precios caen un 1,1% con respecto a hace un año. Con todo, las cifras anteriores invitan a cierto
Todos los días oímos con insistente machaconería que tenemos que potenciar la Industria y que es garantía de nuestro futuro y estabilidad. Y también admitimos con satisfacción que esta preocupación ha estado presente en Euskadi desde hace mucho tiempo. No sé si esta necesidad ha cuajado en nuestra sociedad. Nuestros jóvenes parecen preferir otras profesiones, cuando la Industria observa con preocupación creciente las dificultades para encontrar personal cualificado. Sin embargo, potenciar la Industria no ha sido la tendencia generalizada en muchos países occidentales e industrializados en las últimas décadas. Se ha infravalorado la Indust