Que estamos en un mundo global es una obviedad. Que la competitividad actual pasa por ofrecer productos y servicios allá donde los mercados lo demandan, es otra. Que la dimensión ayuda para poder atender estas necesidades internacionales, también. Por ello es muy importante aparecer en este mapamundi, en el que los ejes socioeconómicos se están desplazando y Europa ya no está en el centro. Somos un país pequeño con empresas, en general, pequeñas, lo que hace imprescindible no dispersar oportunidades y esfuerzos. La unión hace la fuerza, se suele decir, y con razón. Experiencias como la reciente presencia de la estrategia Basque Industry 4.0, mostrando el potencial de la industria vasca en la Hannover Messe, son muy importantes. Porque en una de las ferias más importantes del panorama internacional estuvieron no solo las empresas industriales, sino las compañías de TIC, los centros tecnológicos, las universidades, Innobasque, las instituciones... Mostramos al mundo el potencial de un ecosistema en Industria 4.0 que puede ofrecer soluciones complejas a los grandes retos actuales. Una forma de aparecer en el mapa global desde lo local. Algo similar a lo que se debe hacer ante el Brexit. Es sencillo enunciar un desideratum: convertir las incertidumbres de este proceso en oportunidades. Lo difícil es llevarlo a la práctica. Y en esto, también, es importante la colaboración que se ha plasmado en la Comisión vasca de Seguimiento.