El compromiso, el esfuerzo, la responsabilidad, la innovación, el atrevimiento o el carácter emprendedor son valores que identifican a la empresa vasca. Y que ponen en valor toda la dedicación llevada a cabo por sus responsables para conformar un tejido económico sólido, dinámico y competitivo. No es una labor sencilla, sobre todo en momentos como los actuales, donde las transformaciones sostenible y digital definen un cambio de paradigma en la empresa. Y, lamentablemente, tampoco es una labor reconocida socialmente. Por ello son importantes los premios que destacan su aportación al bienestar de la comunidad y a la prosperidad del país. Así
Euskadi ha asumido el reto de la Transición Energética y acaba de aprobar su ley de Sostenibilidad Energética y Cambio Climático con objetivos muy ambiciosos en materia de ahorro en el consumo final de energía y descarbonización. Se trata, sin lugar a duda, de la ley del Siglo XXI que nos encamina hacia un nuevo paradigma, donde la descarbonización del sistema energético requerirá de un cambio tanto en las estructuras de generación energética como de las sociales que demandan y consumen. Nos hallamos ante uno de los desafíos más importantes a los que debemos enfrentarnos a nivel global, que va a exigir la máxima concienciación e implicación c