Entramos en una nueva década. Una que hace un siglo se bautizó como los ‘felices veinte’. Entre el final de la Primera Guerra Mundial y el ‘crac’ del 29 el mundo conoció un periodo expansivo y una prosperidad que benefició a toda la sociedad, e hizo que la economía siguiera creciendo a un ritmo que no se había registrado antes. Toda Europa necesitaba productos que no podía fabricar por el hundimiento económico postbélico, lo que impulsó definitivamente el liderazgo mundial estadounidense, basado en las innovaciones técnicas. Una etapa que se inició en los EE.UU. y que a mitad de década se extendió a toda Europa. Fueron años de crecimiento eco
El modelo económico lineal actual se basa en extraer recursos, procesarlos, usarlos y descartarlos. Dado que los recursos de la Tierra son finitos este modelo lineal es insostenible, por lo que se hace necesario migrar hacia un modelo económico circular. La economía circular busca cerrar el círculo. No se trata sólo de cerrar el círculo principal, conectando el punto final (residuos) con el punto inicial (extracción de materias primas) a través de procesos de reciclaje, sino que se trata de cerrar todos los círculos posibles. Esto incluye la extensión de la durabilidad, el fomento de la reparabilidad, la venta de segunda mano, la remanufac