"Transformación, financiación y arraigo: hacia un centro financiero alineado con la industria local"

Ibon Gil de San Vicente, subdirector general de Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad

Ibon Gil de San Vicente, subdirector general de Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad

Euskadi está en plena transformación industrial en un contexto de incertidumbre geopolítica y tecnológica. Los recientes informes de Enrico Letta y Mario Draghi para la Comisión Europea han puesto sobre la mesa la necesidad de fortalecer el mercado único financiero y garantizar que las empresas europeas dispongan de los recursos necesarios para competir a nivel global. Este debate es especialmente relevante para Euskadi, donde la transformación industrial requiere un sistema financiero alineado con las necesidades del tejido productivo. Sin un centro financiero local desarrollado, muchas empresas vascas con alto potencial podrían ver limitado su crecimiento y proceso de transformación.
Algunas de estas empresas son las denominadas Campeonas Ocultas, compañías con alto nivel de especialización y liderazgo en nichos de mercado globales. Orkestra, en colaboración con la Fundación Bancaria BBK, ha creado el Observatorio de Empresas Campeonas Ocultas para analizarlas y entender mejor sus necesidades y desafíos. Estas empresas representan un peso significativo en la economía vasca, pero en muchos casos dependen del centro financiero local para obtener los recursos necesarios para su crecimiento. Uno de los principales retos que enfrentamos es garantizar que empresas con alto potencial, como las Campeonas Ocultas, sigan arraigadas en Euskadi, evitando procesos de deslocalización o adquisiciones que trasladen la toma de decisiones fuera del territorio. 
Tal y como explicaba Cristina Iturrioz-Landart en la lección inaugural del curso 2024-25 de la Universidad de Deusto, el arraigo es un concepto complejo y multidimensional. En la dimensión económica, es clave la conexión de las empresas con el territorio (relación con proveedores, personas trabajadoras, instituciones, centros de FP, etc.); cuanto mayor sea esta conexión, la empresa estará más arraigada. Otro factor fundamental es el arraigo accionarial, es decir, que en la toma de decisiones a nivel de la propiedad haya personas o estructuras vinculadas a Euskadi. Cuando una empresa pierde arraigo accionarial, su estrategia de crecimiento y reinversión puede no alinearse con las prioridades y futuro del territorio. 
El Observatorio Económico Financiero de la Empresa Vasca, que impulsamos con la colaboración del Instituto Vasco de Finanzas, monitoriza la evolución de los grupos empresariales de Euskadi. De las 1.822 empresas industriales analizadas, el 71% tiene una matriz vasca, el 11% española y el 18% extranjera. Estos datos refuerzan la importancia de contar con mecanismos de arraigo financiero que permitan que el crecimiento de nuestras empresas siga ligado a nuestro territorio.
Si Euskadi no cuenta con mecanismos financieros propios, corremos el riesgo de que la transformación industrial beneficie más a actores externos que a nuestro propio tejido productivo. Para evitarlo, es necesario apostar por herramientas como la Alianza Financiera Vasca, que busca reforzar el acceso a financiación en empresas y proyectos estratégicos, o BasqueFIK. Estas iniciativas son fundamentales para garantizar que nuestras empresas dispongan de los recursos necesarios, movilizando el capital presente en Euskadi y alineando el capital externo de manera que sirva de multiplicador.
En los últimos años se han dado pasos en la dirección correcta, pero aún queda camino por recorrer. Es fundamental seguir desarrollando un centro financiero local avanzado y alineado con las necesidades de nuestras empresas. De lo contrario, no solo estaremos limitando su crecimiento, sino comprometiendo el futuro económico del territorio.

Más noticias de Opinión / Iritzia