Parece que se acerca tormenta. Cada vez hay más nubarrones en el cielo, la temperatura empieza a bajar, el viento se levanta y la presión desciende. Los meteorólogos leen los signos que aparecen en el cielo y nos ayudan a predecir el tiempo que hará en las próximas horas o días. Algo parecido sucede con los economistas, que nos alertan de lo que va a suceder (aunque a veces no aciertan, como los meteorólogos), gracias a los datos y signos que diferentes indicadores ingresan en las tablas macro y micro. Y el consenso es que las cosas no pintan bien. El consumo, la inversión y el empleo se están desacelerando en el entorno estatal. El Banco d
2018 ha supuesto para la economía mundial el inicio del deterioro del escenario económico tras un bienio previo de crecimiento sincronizado a nivel global, algo que permitió impulsar la inversión y el empleo a ritmos notables. Pero todo comenzó a cambiar a partir del momento en el que se inician las hostilidades comerciales de EE.UU. y China, un shock que, a lo largo del periodo transcurrido, ha tenido sus idas y venidas, y que a día de hoy todavía no ha finalizado con acuerdo entre ambas partes. Esta cuestión ha provocado que las mayoría de los economistas nos hayamos visto obligados a estimar el coste en términos de décimas de PIB que ell