La innovación disruptiva es aquella generadora de nuevos mercados, esto es, la incorporación en el mercado de un proyecto que no existía antes y que provoca cambios revolucionarios. Uno de los ejemplos más claros de la innovación disruptiva es el propio móvil que hoy en día aúna multitud de funciones en tan solo un dispositivo accesible para prácticamente cualquiera. Entendiendo que las tecnologías disruptivas son innovaciones que llegan para sustituir un proceso, un producto o una tecnología que ya está establecida, transformado por completo una solución porque tiene atributos superiores que permiten abrir nuevas posibilidades, los más de 4.
Llevamos ya 14 años muy agitados entre diferentes crisis, pandemias, subida de los costes de electricidad y falta de suministros mientras por otro lado se vislumbra un futuro complejo, donde todo va muy rápido. No se sabe hasta dónde vamos a poder llegar ni cómo vamos a llegar. Y al mismo tiempo estamos viviendo una cuarta revolución industrial (industria 4.0) que además está transcurriendo de forma casi silenciosa porque hay quien ya habla de una quinta revolución industrial. Si pensamos en ese futuro complejo y tomamos como aprendizaje todo lo que ha pasado en los últimos años, podemos atisbar que lo que nos viene está lleno de retos, de “