Borja Balparda, CEO de Data Value Foto: Data Value
Desde el final de la pandemia se ha dado un importante impulso a la implementación de la Inteligencia Artificial en el País Vasco. Desde el sector público se están dando pasos para mejorar la competitividad de las empresas a través de la IA, con ayudas específicas, la potenciación del BAIC que celebro su primer DATATON en mayo, además de dar numerosas jornadas divulgativas donde se acerca la IA a las diferentes empresas. Otro punto importante ha sido la aparición de Chat GPT que ha puesto a la IA en boca de todos, pese a que la IA es anterior y mucho mas extensa de lo que representa el “Chat GPT”.
Sin embargo, aun queda un gran camino por recorrer para que la Inteligencia Artificial sea una realidad en una gran cantidad de empresas, especialmente en aquellas que son pymes. En la actualidad todas las grandes empresas están realizando proyectos en los que están implementando la Inteligencia Artificial en numerosos procesos, siendo una tendencia creciente, apoyada en los buenos resultados obtenidos.
Esta realidad no se repite en las empresas de tamaño medio. Dentro de este grupo de empresas se está comenzando a realizar pequeños proyectos de IA que les permiten optimizar procesos de la compañía. Pese a ello existe una cierta resistencia a la realización de un primer proyecto en este ámbito ya que, por un lado, en muchos casos no se termina de comprender la IA y las ventajas que ofrece y por otro lado existe un cierto respeto a la hora de ceder los datos y en cierta medida que sea un “algo que no terminan de comprender” quien toma ciertas decisiones o realiza ciertas acciones. Esto provoca que la mayor parte de los primeros proyectos sean unos asistentes que les facilitan la realización de una serie de predicciones, que hasta ahora lo intentaban estimar por su experiencia, pero siempre son ellos quienes validan los resultados de este algoritmo y toman la decisión final.
El aspecto positivo de esto es que la gran mayoría de las empresas que se aventuran en la realización de un primer proyecto piloto, realizan nuevos proyectos, más ambiciosos y en los que esa resistencia al cambio inicial se ha reducido enormemente. Para ello resulta clave las ayudas que se están ofreciendo desde las administraciones ya que reducen notablemente el riesgo inicial y en muchos casos supone el inicio de un proceso de mejora continua, basada en el uso cada vez mas intensivo de la IA. Esto dota a las empresas vascas de fuertes ventajas competitivas, aumentando notablemente su eficiencia.