“Eólica offshore e hidrógeno, una gran oportunidad empresarial”

José Luis Elejalde, director de la Unidad de Transición Energética, Climática y Urbana de Tecnalia

José Luis Elejalde, director de la Unidad de Transición Energética, Climática y Urbana de Tecnalia

La combinación de la generación eólica offshore y la producción de hidrógeno está llamada a ser una pieza más del enorme rompecabezas que supone el proceso de descarbonización de nuestra economía y nuestra sociedad. 

La búsqueda de emplazamientos marinos con mayores factores de carga debe suponer una reducción en los costes energéticos de generación. Y entre estos emplazamientos, existirán numerosos casos en los que la generación eólica offshore irá acompañada de producción offshore de hidrógeno, y cualquiera de sus derivados, debido a la distancia a la costa, a la existencia de redes eléctricas cercanas en tierra o no, etc.

Muchos de estos emplazamientos obligarán a soluciones flotantes del conjunto. Estas condiciones se dan, por ejemplo, alrededor de grandes núcleos de consumo energético como pueden ser algunas zonas de Europa, la costa oeste de los Estados Unidos y parte del Lejano Oriente y Australia.

En estas zonas, sofisticadas tanto en demanda energética como en requisitos ambientales, el maridaje de las soluciones flotantes de aerogeneradores y electrolizadores nos permiten aventurar la existencia en un futuro no muy lejano de islas energéticas, aisladas de la red, en la que se produzca hidrógeno (o cualquiera de sus derivados) que pueda enviarse a tierra bien por gasoducto, bien por barco.

Este modelo de generación energética supone al mismo tiempo un reto y una enorme oportunidad para el tejido empresarial vasco. En primer lugar, es un reto porque nos obliga, por una parte, a desarrollar toda la normativa internacional que permita construir este tipo de instalaciones flotantes con todas las garantías jurídicas. Por otro lado, existe un gran reto tecnológico que permita abaratar los costes globales de generación. Entre estos se pueden destacar los propios de los sistemas de flotación y fondeo, el comportamiento de los materiales, el funcionamiento de electrolizadores mediante agua de mar y en condiciones extremas y los sistemas que permitan una operación y mantenimiento remoto en un ambiente tan complejo.

Pero, por otro lado, a nivel del tejido empresarial vasco será muy difícil encontrar un desarrollo energético cuya cadena de valor esté tan desarrollada ya en nuestro ecosistema. Desde las empresas que diseñan y fabrican las estructuras flotantes, la fabricación de las líneas de fondeo, el diseño y construcción de aerogeneradores, los sistemas de electrónica de potencia, las tuberías de evacuación de los gases, los fabricantes de compresores, los barcos de transporte del gas, las empresas de operación y mantenimiento, etc.

Para poder aprovechar esta oportunidad, es necesario construir estas cadenas de valor entre las empresas, constituir grandes consorcios para acudir juntos a licitaciones de grandes demostradores, abordar juntos mercados de alto potencial (Japón puede ser uno de ellos, gracias a los lazos que se han establecido en los últimos años) y buscar la financiación de estas iniciativas.

La oportunidad estará ahí dentro de unos años. Ahora es el momento de sumar energías.

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