Lo ocurrido en 2020 ha mostrado el valor esencial que tiene contar con un sector primario robusto. Las explotaciones agroganaderas y forestales y la industria pesquera, primeros eslabones de la cadena alimentaria, han estado a la altura en un año muy difícil, que no ha ocultado los problemas que arrastra: la falta de relevo generacional y la rentabilidad.El sector primario vasco, que emplea a más de 20.000 personas y que representa un 1% del PIB de Euskadi, vive tiempos decisivos para afrontar el futuro con garantías. 2020 fue un ejercicio muy desigual bajo la influencia del covid-19. El agro se enfrentó a desafíos sin precedentes, desde la
El sector agroalimentario vasco garantizó la disponibilidad de productos en los lineales de tiendas y supermercados el pasado año en todo momento, incluida la fase de confinamiento domiciliario. Su protagonismo tuvo recompensa, ya que el sector de distribución alimentaria fue uno de los que aumentaron su cifra de negocio en 2020, cerca de un 15%, con especial aportación de las ventas online y con mayor cuota de mercado para el comercio de proximidad.Los alimentos y bebidas siguen confirmándose como un sector estratégico y sólido desde una perspectiva económica y social. En Euskadi, el sector agroalimentario, que representa alrededor del 10,