Euskadi se conjura para hacer frente a la alerta energética
- Víctor Gardeazabal
- 13-Octubre-2022
Con la exigencia de la Comisión Europea de reducir el consumo de gas un 15%, que en el caso del Estado, con la ‘excepción ibérica’ es del 7% , el panorama energético se torna incierto tras el verano. La coyuntura es delicada, a expensas de la decisión final del gobierno de Rusia sobre el suministro de gas, el cuál “está garantizado en Euskadi”, según Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía (EVE). La entidad concuerda con la necesidad de reducir el consumo e impulsar la eficiencia energética y la instalación de renovables, medidas que ya figuran en la Estrategia Energética Vasca 2030 y que recoge el Plan de Contingencia Energética del Gobierno vasco.
“Llega el invierno”. La frase, que escuchamos por primera vez en 2011 de boca de Ned Stark en la serie de ficción ‘Juego de Tronos’, simboliza todos los miedos de Occidente y adquiere en estos momentos una dimensión preocupante y real. La guerra en Ucrania, además de su coste en vidas humanas, está afectando a la actividad económica y al suministro de energía. Ante la amenaza de Rusia de cortar el suministro de gas a Europa, la Comisión Europea propuso a los países de la UE el pasado mes de julio reducir el consumo de gas un 15%, un medida drástica pensada para el peor escenario posible. El plan de ahorro energético de Bruselas contempla la ‘excepción ibérica’ ya que España y Portugal, son una 'isla energética' por su bajísima interconexión con Europa. Por ello, la UE ha permitido a ambos países adoptar medidas diferenciadas, estableciendo un tope al precio del gas y dejando en el 7% la reducción de su consumo.
Con la incertidumbre sobre el suministro de gas, se imponen la eficiencia y las renovables
En Euskadi, el suministro de gas y electricidad “está garantizado”, según Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía (EVE), aunque la duda es “a qué precio”. En su opinión, “para hacer frente al otoño y el invierno, necesitamos tener almacenado un 80%, y es evidente la necesidad de consumir menos”. Para hacer frente a la "alerta energética", el Ejecutivo vasco reclama un ‘pacto energético de país’ y ha aprobado un Plan de Contingencia –que recoge las aportaciones de agentes públicos y privados, y se ha enviado al Ministerio de Transición Ecológica con medidas referidas a la generación y demanda energética, a redes eléctricas o al sistema gasista– y pide a particulares y empresas contener el consumo, agilizar los trámites para las autorizaciones de nuevas instalaciones renovables y otras medidas como extender el mecanismo de interrumpibilidad al gas. Predica, además, con el ejemplo al anunciar medidas de ahorro en edificios públicos. En el caso de los ayuntamientos y entidades locales menores, el EVE activará un nuevo servicio de tutorización que permita diseñar auditorías energéticas subvencionadas, que se propone también para empresas
Según datos del propio EVE sobre consumo energético en Euskadi, la crisis sanitaria derivada del covid-19 siguió marcando la evolución de los consumos energéticos en 2021. Todas las energías registraron aumentos respecto al 2020, pero sin recuperar los valores de 2019. La electricidad consumida aumentó un 6,2%, el gas natural un 4,4% y los carburantes un 4,5% respecto a 2020. El EVE apoyó en 2021 un total de 13 iniciativas para la producción de electricidad desde diferentes fuentes: biogás de vertedero, fotovoltaicas, minihidráulicas, ciclo combinado y aprovechamiento de residuos sólidos urbanos.
El consumo energético en Euskadi se recuperó en 2021 pero sin alcanzar niveles prepandemia, con aumentos por encima del 4% en gas natural, electricidad y carburantes
Euskadi cuenta con la ventaja de disponer de robustas infraestructuras de almacenamiento, entre las que destaca el depósito de gas ‘Gaviota’, la regasificadora Bahía Bizkaia Gas (BBG), centrales de ciclos combinados, como la de Boroa (Bizkaia) y la de BBE, y una solvente red de distribución.
Ahorro, incremento de la generación renovable y eficiencia son, precisamente, los principales objetivos de la Estrategia Energética Vasca 2030, ‘Energiaren Bidea’, una de las principales herramientas para que Euskadi complete etapas en el camino hacia la transición energética, que desemboque en una economía descarbonizada al máximo y asegure la resiliencia del territorio vasco al cambio climático.
Una mayor contribución de las renovables en el ‘mix’ energético, y que su cuota represente el 40% del consumo final de energía en 2050, es el objetivo del Plan Territorial Sectorial (PTS) de las Energías Renovables en Euskadi. A la espera de su aprobación definitiva, hasta cinco empresas han manifestado su interés por construir hasta 14 parques eólicos en el País Vasco. A ellos habría que sumar proyectos de energía eólica marina como ‘DemoSATH’, impulsado por la ingeniería vizcaína Saitec y la alemana RWE, que ultiman la puesta en marcha del primer aerogenerador flotante ‘offshore’ conectado a la red eléctrica en el Estado. En el horizonte está la creación de ‘Geroa’, un gran parque eólico marino flotante de hasta 45 MW de potencia.
La industria vasca es puntera por su recorrido por toda la cadena de valor eólica con centros clave como los de Siemens Gamesa, Ingeteam, Haizea, Iberdrola o la citada Saitec. Durante varios días del pasado mes de abril, Bilbao se convirtió en capital mundial de la energía eólica con el congreso Wind Europe 2022.
PTS Renovables En el ámbito de las energías renovables, el Plan Territorial Sectorial (PTS) de Energías Renovables de Euskadi primará recuperar la generación eólica, intensificar la fotovoltaica e impulsar la biomasa y la energía marina, así como el ahorro en el consumo. A través del EVE se han cerrado acuerdos con empresas como Iberdrola y Nortegas y se han comenzado a articular inversiones que darán cabida a todas las modalidades que permitan las tecnologías disponibles. En el caso de la solar fotovoltaica. Álava saca cabeza por MW instalados con parques como Ekian, en funcionamiento, y Ekienea, que verá la luz en 2023.
En un contexto de emergencia e incertidumbre, el Gobierno vasco ha comenzado a aplicar las medidas contempladas en el Plan de Contingencia Energética que van en la línea de conseguir más ahorros y potenciar la instalación de energías renovables.
Al mismo tiempo, gracias al cambio de regulación se está facilitando la incorporación del autoconsumo y son numerosas las iniciativas para su desarrollo. El Gobierno vasco, en colaboración con Corporación Mondragon, ha impulsado Ekiola, una iniciativa para constituir cooperativas que posibilitan la participación ciudadana en la generación y gestión de parques solares. A lo que se suma Edinor, filial de Petronor, que impulsa la constitución de comunidad locales, las TEK.
Otro déficit es la interconexión con Europa, que mejorará con la infraestructura, parte de ella submarina, que impulsa Redeia responsable del transporte y la operación del sistema eléctrico español. El proyecto ha iniciado la última fase de su tramitación con la previsión de que entre en servicio en 2027.
Clúster y EIC Uno de los principales agentes del sector en Euskadi es el Clúster de la Energía, que nació hace 25 años con el objetivo de impulsar la competitividad del sector industrial ligado a la energía, un sector que cuenta con cerca de 400 empresas, con 86.000 empleos en todo el mundo, 26.000 de ellos en Euskadi. Además, Euskadi se consolidará como polo de referencia internacional en el campo de la energía con el Energy Intelligence Center (EIC).
La CAV sigue colocando piezas para convertirse en un gran polo energético-industrial en torno al Hidrógeno, el gran vector energético del futuro
Una de las tecnologías claves en esta transición energética es la del Hidrógeno. Y Euskadi sigue colocando las piezas necesarias para ser un polo energético-industrial de referencia con iniciativas como el Corredor Vasco del Hidrógeno (BH2C), liderado por Repsol-Petronor, que prevé movilizar inversiones por importe de unos 1.300 millones de euros hasta 2026.
El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de Renovables, aprobado por el Gobierno español a finales de 2021 y que movilizará unos 16.400 millones de inversión, relanzará los proyectos estrella de la industria vasca ligados al hidrógeno.
Euskadi está también inmejorablemente posicionada para hacerse con buena parte de los fondos europeos Next y acelerar inversiones que permitan ser más eficientes en materia energética y avanzar hacia la descarbonización de la economía.