El funeral por José Ignacio Arrieta, en la iglesia de Los Trinitarios, de Algorta (Getxo), congregó a cientos de personas que quisieron dar su último adiós a nuestro presidente. Desde el lehendakari Iñigo Urkullu, el lehendakari José Antonio Ardanza, la consejera Arantxa Tapia, exconsejeros del Gobierno vasco, hasta numerosos hombres y mujeres de la empresa, de la universidad, de la política, de las instituciones y de la comunicación llenaron el templo para arropar a la familia de José Ignacio Arrieta. Algunos de quienes coincidieron en diferentes etapas de su vida con nuestro presidente han querido enviarnos sus reflexiones a modo de homen
Dos citas al año para conversar y contrastar opiniones, pero sobre todo, para cumplir con ese deseo que tenía José Ignacio de divulgar conocimiento, también de “siricar” y enriquecer los debates acerca del funcionamiento y devenir de nuestro País. Afortunadamente, durante cuatro años hemos podido coincidir en todas las citas del Topagunea así como en los actos con motivo de la presentación de la Guía de la Innovación. “Ánimo, Arantxa!”, decía. Su voz amable y atenta siempre ha sido de aliento. Se me dirigía con exigencia y sin ambages, pero con cariño y respeto. Con la misma actitud que se prestó a Euskadi en su etapa pública como consejero