Uno de los retos clave en la gestión actual de la empresa es la internacionalización. Como otros muchos aspectos, ya es algo más que una opción, es una obligación en una economía globalizada. El nivel de apertura de la empresa vasca es ya grande, y subiendo. Más de 600 compañías están establecidas en el exterior con más de 1.250 implantaciones. Y son miles las que exportan regularmente. Su tradicional inquietud comercial les ha hecho buscar mercados sin importar la distancia, pero las nuevas tecnologías y los avances en los transportes y la logística han facilitado las interrelaciones comerciales y han multiplicado los competidores. Por ello, los instrumentos de apoyo a la salida al exterior se vuelven imprescindibles, especialmente para las pymes. En este punto, la próxima celebración de Intergune+ volverá a ser una ocasión inmejorable para resolver dudas y conocer pormenores de países y sectores. Allí, los directores y consultores de la Red Exterior de la Agencia Vasca de Internacionalización, presentes en 80 países, tendrán la oportunidad de analizar los proyectos de internacionalización concretos mediante reuniones personales. Pero, al mismo tiempo, la internacionalización es una moneda de dos caras y también debemos ser atractivos para la instalación de empresas extranjeras en Euskadi. En definitiva, ser un agente reconocido en un mundo global obliga a salir y a dejar entrar.