El 31 de diciembre culminó el Plan Estratégico de Gobernanza e Innovación Pública (PEGIP) 2020. A pesar de un último año totalmente marcado por la pandemia de la covid-19, se han alcanzado los objetivos establecidos en su definición. Uno de estos objetivos era el impulso del Buen Gobierno; esto es, con una forma de ejercicio del poder para la creación de valor público basada en la eficiencia de sus políticas y servicios, la transparencia, la rendición de cuentas, la participación de la ciudadanía organizada y no organizada y la colaboración entre administraciones. El impulso al Buen Gobierno revela la determinación por utilizar los recurso
La pandemia está dejando al descubierto los estrechos vínculos existentes entre economía, medio ambiente y salud. Las claves de esta interrelación son un modelo productivo basado en el consumo intensivo de los recursos naturales, con la consiguiente transformación del medio natural, y la mayor interacción, entre especies portadoras de virus y patógenos desconocidos y el ser humano. Esta realidad nos tiene que llevar a cuestionarnos los fundamentos que rigen la economía actual y su impacto sobre el medio ambiente. Debemos asegurarnos la viabilidad del sistema productivo en el tiempo dada la cada vez mayor escasez de recursos naturales. Nuest