Por sexto año consecutivo, el número de personas con discapacidad empleadas en Euskadi volvió a crecer, acercándose a la barrera de los 9.000 puestos de trabajo. Más allá de los números, el modelo vasco no solo evidencia su buena salud, sino su viabilidad para convertirse en la mejor herramienta para integrar a estas personas con normalidad en el mercado laboral. Euskadi cuenta con la tasa de actividad de personas con discapacidad más alta del Estado (45,7%), diez puntos por encima de la media (35,5%), después de que en 2024 volviera a crecer el número de personas con discapacidad en los centros especiales vascos. El año pasado se alcanzó la
Basque Circular Summit, el mayor evento sobre economía circular en el sur de Europa celebrado en Bilbao en abril, ratificó la certeza de que, como señaló Alexander Boto, director general de Ihobe, organizador del evento, “la economía circular ya no es una tendencia, es una necesidad urgente”. La cita movilizó a más de 700 empresas vascas del sector y a más de 1.300 personas y evidenció que garantizar la competitividad de las empresas pasa por apostar por la circularidad y la descarbonización. Máxime viendo la incertidumbre geopolítica o la guerra arancelaria que amenazan las exportaciones de las empresas o su soberanía energética .“Reforzar
