La cocina evoluciona siempre en la misma dirección que la sociedad. El futuro se construye constantemente en el presente entre todos. Los avances tecnológicos y el conocimiento adquirido a través de la investigación nos han dado la posibilidad de mejorar la calidad de vida de las personas mediante la gastronomía. Estas nuevas posibilidades serán clave para avanzar en aspectos ligados a la cocina como la salud o el placer. Pero, si bien la tecnología será importante en el futuro lo esencial seguirán siendo las personas detrás de ellas. Porque en ellas residen las ideas, los conceptos y el conocimiento.
El futuro pasa por la aplicación de la innovación tecnológica, que lleva a la digitalización de los palacios a través de nuevos sistemas de comunicación que se concretan en nuevas fórmulas para conectar con clientes, integrar a proveedores o interactuar con usuarios (webs, apps, redes sociales…) o nuevas soluciones audiovisuales que dotan de versatilidad a los espacios (realidad aumentada…). Es obligada la sostenibilidad, que en nuestro ámbito se traduce en autosuficiencia energética, gestión de residuos o slow food. Por último, el futuro es, sin duda, versatilidad y polivalencia de los espacios.