Con un 18% de incremento en una facturación (3.300 millones) que se situó por encima de las cifras prepandémicas, el sector naval consolidó su recuperación en 2022 y afronta el futuro con optimismo, haciendo suya la apuesta por las soluciones tecnológicas, innovadoras y verdes que marcarán el paso en los años venideros. La industria naval vasca soltó definitivamente amarras en 2022 y afronta con expectativas de crecimiento un 2023 en el que espera ratificar la recuperación experimentada el año pasado. A pesar de que el sector no ha sido ajeno a factores que comprometen la rentabilidad de no pocas operaciones en diferentes ramos, en especial
Sin ser ajenos a las complicaciones provocadas en materia de incremento de costes de materiales o energía debido a la guerra en Ucrania, los astilleros vascos cerraron 2022 con una actividad alta de construcción. Con 14 buques en cartera, el sector aborda un futuro que está marcado por la transición ecológica y la fabricación de embarcaciones que empleen combustibles alternativos. La transición ecológica también coge velocidad de crucero en el transporte marítimo y pocos cuestionan que la apuesta futura va a pasar por la fabricación de buques que utilicen combustibles alternativos. El rumbo hacia la descarbonización y la eficiencia energétic