La certificación medioambiental evoluciona a ritmo de legalidad y conciencia

Certificados Aenor cuenta con cerca de un millar de centros de trabajo acreditados en el País Vasco en alguna de las diferentes soluciones de sostenibilidad de las que dispone

Las normas medioambientales refuerzan la reputación empresarial ante clientes y consumidores.

Cerca de un millar de centros de trabajo en el País Vasco cuentan en la actualidad con alguna certificación en las diferentes soluciones de sostenibilidad de las que dispone Aenor, como la ISO 14001, Huella de Carbono, EMAS, Residuo Cero o Ecodiseño, ocupando en algunos casos los primeros puestos a nivel europeo, claro indicador de su alto grado de conciencia ambiental.

Implantar un sistema de gestión o certificado ambiental posiciona a la empresa como entidad social y medioambientalmente responsable, le ayuda a diferenciarse de su competencia y refuerza, de manera positiva, su imagen y reputación ante clientes y consumidores, destacan desde las firmas de consultoría medioambiental SGS y Grupo Gisma.
El logro de la certificación ambiental puede traer aparejados, igualmente, importantes ahorros de costes debido a la implementación de medidas concretas de uso eficiente de materias primas, productos y/o energía, o también por la obtención de beneficios fiscales que algunas jurisdicciones brindan a las empresas que cumplen determinados requisitos de protección ambiental, como por ejemplo deducciones por inversión en equipos de energía renovable, o para la recuperación o tratamiento de residuos, etc. Su compromiso con el medio ambiente puede crear también nuevas oportunidades de negocio con clientes igualmente concienciados sobre el tema. Por otro lado, el sello o etiqueta utilizado como distintivo ayuda al consumidor a reconocer los servicios o productos que cumplen con los estándares y con los criterios respecto a los que se certifica.
Las certificaciones ISO 14001 y EMAS de sistemas de gestión ambiental son las más recurrentes “pero, cada vez más, las organizaciones avanzan en su desempeño ambiental a través de otras normas relacionadas con el ecodiseño, las ecoetiquetas o análisis de ciclo de vida, así como normas que están evolucionando a requisitos legales como la huella de carbono o los sistemas de gestión de la energía”, señala Ander López Conde, especialista en Medio Ambiente en Gisma. En concreto, las más demandadas en la industria vasca, son las relacionadas con el cambio climático; verificación voluntaria de inventario de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) según ISO 14064; la huella de carbono de productos, servicios, organizaciones y eventos según ISO 14067, y la verificación reglamentaria de emisiones de GEI, según el Protocolo de Kioto, entre otras. “La verificación Zero Waste en el ámbito de la economía circular también está teniendo mucho auge entre nuestros clientes”, destaca Ainhoa Mendivil, directora de Medio Ambiente Zona Norte de SGS Tecnos.
Certificaciones Los Sistemas de Gestión de Medio Ambiente (SGMA) son instrumentos estructurados de gestión, integrados en la actividad general de la empresa, en el que se incluyen todos los aspectos que tengan repercusión en el medioambiente y la sostenibilidad, buscando la mejora continua de los procesos, detectando las fallas y los aciertos para poder ponderar unos resultados exitosos.

{ Normas, certificaciones y etiquetas
Contribuyen a afianzar los Sistemas de Gestión Medioambiental en las organizaciones, posicionándolas

como entidades socialmente responsables y contribuyendo

a generar un uso eficiente de los recursos.

Entre los principales SGMA se encuentra la norma ISO 14001, de alcance internacional, cuyo objetivo fundamental es la protección ambiental y la prevención de la contaminación a través de la identificación y control de aspectos ambientales. A este se añade el certificado Ekoskan, una norma privada, redactada y aprobada por un grupo de trabajo constituido por Ihobe, promotora de la misma. Está orientada a la consecución de resultados cuantificables de mejora ambiental e implica el cumplimiento de la legislación ambiental aplicable en un plazo máximo de tres años. Esta certificación considera los datos económicos asociados a los aspectos ambientales y fomenta la comunicación de los éxitos logrados en la implantación del Plan de Mejora Ambiental.
En Euskadi hay, además, según los últimos datos facilitados por Ihobe, un total de 84 entidades con la certificación EMAS, una normativa voluntaria de la Unión Europea que reconoce a aquellas organizaciones que han implantado un SGMA y comunican su comportamiento ambiental verificado mediante auditorías independientes. Igualmente, hay 65 empresas vascas certificadas bajo la norma UNE EN ISO 14006, de ecodiseño, que integra la variable ambiental en el diseño de productos. Además, con 43 productos certificados, las empresas vascas representan el 3% de las organizaciones en todo el mundo que cuentan con EPD System (declaraciones ambientales de producto), el 31% del total en España, en un ranking encabezado por las empresas europeas y liderado por las italianas y las suecas. En menor medida todavía, un total de 18 empresas del País Vasco contaban en 2019 con 115 productos acreditados con la Etiqueta Ecológica Europea, distintivo que certifica que el producto está diseñado y producido para conseguir el menor impacto para el medio ambiente.
Net-Zero A esta larga relación de normas y certificaciones se suma igualmente la Huella de Carbono, la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto por una organización a través de la actividad que desarrolla. Existen diversas normas y guías para el cálculo de esta huella de carbono, tanto generales como sectoriales, promovidas por diferentes instituciones públicas y privadas, a las que las empresas vascas se van apuntando paulatinamente. A ello se une, desde octubre de 2021, el estándar Net-Zero, con el objetivo de proporcionar una guía independiente a la hora de establecer las acciones climáticas de las empresas, en línea con los objetivos del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global en 1,5° C. Objetivos basados en la ciencia para lograr las cero emisiones netas.

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