Las entidades financieras, sometidas durante los últimos ejercicios a una profunda reestructuración del sector y obligadas a importantes provisiones con las que hacer frente a refinanciaciones de deuda, han visto la luz al final del túnel de la crisis y, entendiendo que sin financiación no hay actividad económica que valga, han lanzado sus estrategias para posicionarse junto a las empresas, ofreciendo apoyo financiero a aquellos proyectos de inversión que les devuelvan la competitividad. Proyectos fundamentalmente ligados a la innovación, las nuevas tecnologías, la internacionalización y la búsqueda de nuevos mercados. Cobran relevancia en
Consciente de que el tejido empresarial sigue teniendo problemas financieros y aún necesita apoyo para superar los cinco largos años de crisis pasados, el Gobierno vasco ha puesto en marcha a lo largo de este año 2014 distintas iniciativas con el objetivo de dar apoyo y respaldo a las necesidades de asesoramiento y financiación, tanto de pequeñas y medianas empresas como de autónomos y profesionales. En este sentido, el pasado mes de enero se decidía impulsar de nuevo el Instituto Vasco de Finanzas, organismo creado durante el mandato del lehendakari Ibarretxe, y que se ocupará de gestionar distintas líneas de financiación, tanto de circula