El Gobierno vasco orientará las cuentas de 2023 hacia una Euskadi más verde y digital

Las directrices que ha marcado el Ejecutivo para diseñar los presupuestos del año que viene se centran en las personas, con el eje transversal de la perspectiva de género

El consejero Pedro Azpiazu, precedido por el consejero y portavoz del Gobierno, Bingen Zupiria.

El Gobierno vasco ya ha decidido las líneas estratégicas sobre las cuales armará el presupuesto de Euskadi para 2023. En un escenario de crecimiento moderado, las cuentas de año que viene se centrarán en las personas y se orientarán hacia una Euskadi más verde y más digital.

l consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha remitido a los grupos políticos del Parlamento Vasco las directrices presupuestarias que guiarán el diseño de las cuentas de Euskadi de 2023, “que han de servir para afianzar la reactivación económica y afrontar los retos futuros”. Ya ha comenzado, por tanto, la elaboración y tramitación de los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Euskadi de 2023, que serán aprobados en Consejo de Gobierno el 25 de octubre y entregados al Parlamento Vasco tres días después.
Según el consejero Azpiazu, el sector público seguirá actuando como motor de la inversión y el crecimiento a largo plazo, “para construir una Euskadi más ecológica, digital y volcada en las personas, con el eje transversal de la perspectiva de género”.
Además de afrontar el cambio climático como “uno de los retos más urgentes y complejos, que supondrá una transformación integral de nuestro modo de vida”, y seguir avanzando hacia una economía neutra en carbono, en los presupuestos de 2023 se abordará la digitalización, asumiendo el desafío de dar “un salto cualitativo y cuantitativo”. Así, se abordarán tres dimensiones.

Los Presupuestos Generales de la Comunidad

Autónoma de Euskadi de 2023 serán aprobados

en el Consejo del 25 de octubre

Por un lado, se tratará de acelerar la implantación de las tecnologías clave, como la conectividad 5G, la inteligencia artificial, la computación cuántica, los servicios de interoperabilidad público-privada, los servicios basados en la nube y la ciberseguridad. Por otro, se busca fortalecer los medios y canales o capacidades que favorecen y aceleran el despliegue de las tecnologías digitales. Y, además, se tratará de activar y potenciar la rápida incorporación de las tecnologías a los ámbitos esenciales de aplicación. Principalmente, la gestión de los servicios públicos y su acercamiento a la ciudadanía, y la digitalización del tejido empresarial, muy especialmente en el conglomerado de pymes.

Personas

El compromiso del Gobierno vasco es, según explicó el consejero de Economía y Hacienda, “avanzar hacia una sociedad cada vez más justa, equitativa y solidaria, lo cual descansa en el concepto del crecimiento que mira más allá del PIB y pasa por impulsar la igualdad de oportunidades, el empleo de calidad y por asegurar la protección ante las adversidades”.
En este sentido, entre los aspectos recogidos en las directrices presupuestarias Pedro Azpiazu destacó la apuesta por una educación inclusiva, equitativa y de calidad; la salud, integrando la perspectiva de la salud en todas las políticas públicas, potenciando la atención primaria y reforzando la plantilla estructural de Osakidetza; el empleo –“ya que es indudable que constituye el principal mecanismo de inclusión social”; la protección social, “donde se enmarcan las políticas correctoras de la desigualdad”, y el tránsito hacia un escenario de recuperación demográfica.

Entre los aspectos en torno a los cuales se estructura

el presupuesto destacan la educación, la salud,

el empleo y la protección social

Política presupuestaria
Asimismo, Pedro Azpiazu reconoció que la apuesta por la inversión y el desarrollo humano sostenible “solo es creíble si está unida al compromiso sólido del Gobierno vasco por la estabilidad presupuestaria, que ha quedado patente en los sucesivos acuerdos alcanzados de reducción del déficit en los últimos ejercicios y cuyos resultados son los que han permitido derivar recursos a la inversión y a las políticas sociales”.
Y, aunque para 2023 todavía no se han acordado los objetivos de déficit y deuda, el consejero recordó que la estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad financiera “son valores que se deben preservar, máxime teniendo en cuenta que en un futuro inmediato volverán a estar vigentes las reglas de sostenibilidad financiera”.
Además, Azpiazu subrayó que “una gestión responsable del presupuesto público nos impone una clara regla de oro que nos obliga a unir los incrementos de gasto público corriente, a la senda de crecimiento potencial de la economía y al crecimiento estructural de los ingresos públicos”.
Y añadió que el Gobierno vasco “va a sentar las bases de un sistema de planificación y evaluación de las políticas, planes y programas de gasto para poder tener argumentos objetivos para la asignación adecuada de los recursos”.

Escenario macroeconómico

El Gobierno vasco ha establecido las directrices presupuestarias con la información macroeconómica disponible hasta ahora, y con la cual el Ejecutivo mantiene sus previsiones de crecimiento del 4,5% para 2022 y del 4,1% para 2023. Respecto a la tasa de paro, se señala un 9,5% para este año y un 9,1% para el que viene. No obstante, Pedro Azpiazu advirtió que este escenario se había realizado “en un contexto de gran incertidumbre”. Por eso, el consejero añadió que, cuando se disponga de datos macroeconómicos definitivos del segundo trimestre de 2022 y una actualización de los principales indicadores socioeconómicos, se hará una revisión del escenario macroeconómico. Este será el que se tenga en cuenta en la elaboración definitiva de los presupuestos, de cara al Consejo Vasco de Finanzas Públicas de octubre. “Se requiere de un escenario con mayor dosis de certidumbre, para elaborar los presupuestos con datos más sólidos –dijo el consejero–. Esta revisión se realizará en el tercer trimestre de 2022”.

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