Gestionar en remoto un equipo o toda una organización ha sido uno de los retos impuestos por el Covid-19. La tecnología, aliada imprescindible , lo ha facilitado. Las personas, con su capacidad de resiliencia, lo han hecho posible.La declaración de estado de alarma sanitaria y orden de confinamiento obligaron el pasado 14 de marzo a cerrar las puertas de todas aquellas organizaciones cuya actividad no supusiera un servicio esencial para hacer frente a la pandemia, y a reorganizarse de arriba abajo a aquellas que sí lo eran, con el objetivo prioritario de preservar la seguridad y salud de todas las personas. Anunciada aquel fin de semana,
El 83,2% de las organizaciones sociales que trabajan en la CAV en favor de los colectivos más desfavorecidos se ha enfrentado a una modificación o reorientación de servicios o actividades por la crisis sanitaria del Covid-19 y un 81% ha visto algunas de sus actividades canceladas o suspendidas. Además, casi la mitad (46%) ha tenido que cerrar servicios de atención directa, si bien un 38% ha incorporado nuevas actividades para dar respuesta a las necesidades emergentes. Ocho de cada diez han llevado a cabo una conversión al formato online o telefónico. Así se desprende de una muestra realizada durante el mes de abril por el Observatorio vasc