Las instituciones culturales deberían tener la capacidad de adaptarse a los cambios sociales por definición, estar atentas y alertas, como espacios abiertos a la experimentación y a la reflexión. El futuro-presente de las instituciones culturales pasa por una apertura a las necesidades, a la interacción con los públicos y a la adaptación a las posibilidades que les da la tecnología como mera herramienta, no como fin: digitalización y circulación de contenidos, acceso a herramientas de creación y a lugares de intercambio de conocimiento, como pueden ser los laboratorios. Los centros de cultura contemporánea tienen que seguir siendo aquellos
Desde nuestro punto de vista, el futuro de la innovación en el sector museístico tendrá al menos algunos de estos fundamentos: la naturalización de la innovación como concepto clave en el posicionamiento estratégico de los museos; su implantación en las organizaciones culturales como una actitud, más que como un objetivo; el desarrollo de acciones destinadas a compartir globalmente el conocimiento generado, especialmente en relación al patrimonio artístico y documental; la integración del usuario-visitante como agente activo en los procesos de mediación museo-públicos; el establecimiento de alianzas multisectoriales para la generación de nu