Las entidades financieras siguen siendo la fuente recurrente y constante de financiación de la empresa, si bien, como afirmaba recientemente el director general financiero de Kutxabank, Joseba Barrena, algo está cambiando también en este ámbito. Si durante la crisis aquellas entidades con mayor arraigo estuvieron ahí, “a las duras y a las maduras”, hoy ese afán por otorgar crédito está cambiando, pasando de lo que Barrena calificaba de “incorrecta asignación de recursos”, a una apuesta por una “financiación adecuadamente distribuida” entre los distintos proveedores financieros. “Siempre será mejor que la estructura financiera de las empresa
Desde la aprobación de la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial de 2015, conseguir financiación a través de una comunidad de inversores supone una alternativa a la hora de diversificar las formas de obtención de recursos económicos en España, cada vez más utilizada. De hecho, las empresas solicitan de media unos 541.552 euros a través de la modalidad del ‘crowdlending’, según revela la fintech Lendix, que en su primer año ha alcanzado los 10 millones de euros en préstamos. El objetivo de las pymes suele ser la adquisición de sociedades, iniciar procesos de internacionalización, campañas de marketing, o compras de material o vehículos.