En muy poco tiempo, Bcare, ‘spin-off’ surgida de CIC EnergiGUNE, ha conseguido posicionarse como un proveedor de servicios de alto valor añadido en el campo de la energía. Sus esfuerzos están orientados ahora a completar su gama de diagnóstico de baterías, según subraya su directora general, Soraya Romo.

Bcare surgió de CIC energiGUNE. ¿Cuál es su relación actual?
CIC energiGUNE aporta unas instalaciones punteras en Europa y un conocimiento científico de primer nivel, y Bcare da forma a esos resultados de ensayos y conclusiones científicas, adaptándolas al lenguaje y las necesidades de la industria. Diría que somos el matrimonio perfecto entre la investigación y su aplicación directa.
Los expertos coinciden en que las baterías son la pieza clave para el éxito de la movilidad eléctrica. ¿Cómo se posiciona Bcare en este ámbito?
La movilidad eléctrica es un sector muy competitivo, en pleno auge y desarrollo, donde hay ‘players’ de primer nivel mundial. Es difícil hacerse un hueco, pero creemos que tener dentro de casa el conocimiento electroquímico y electrónico es una ventaja que nos capacita para desarrollar potentes modelos predictivos y BMS avanzados, basados en caracterizaciones electroquímicas y análisis ‘post mortem’, que pueden contribuir a mejorar la gestión de la batería y, por tanto, su vida útil.
Están en varios proyectos europeos de I+D. ¿Cuál es su papel y su objetivo en los mismos?
Para nosotros es un orgullo ser miembros del consorcio europeo Lolabat (LOng LAsting BATteries), cuyo fin es impulsar el desarrollo de la tecnología Níquel-Zinc (Ni-Zn) aplicada a las baterías de última generación. De manera específica, Bcare desarrollará los modelos de diagnóstico de estado de carga (SOC) y estado de salud (SOH) para su integración en el sistema de gestión de baterías. Además, brindará su apoyo en otras fases del proyecto, como el análisis de las características electroquímicas de las baterías de Ni-Zn y el desarrollo de evaluaciones de riesgos y viabilidad económica (LCCA), para lo cual recopilará y trabajará con información sobre materias primas, el procesado y fabricación de los componentes de este tipo de baterías, su integración, fabricación del ‘pack’ y el análisis de otros protocolos de proceso.
¿Han desarrollado proyectos en otros ámbitos, como el almacenamiento estacionario?
Por supuesto. De hecho, el almacenamiento estacionario ha sido desde el principio nuestro ámbito de trabajo, mucho antes que el de la electromovilidad. En este campo hemos llevado a cabo proyectos de consultoría de distinta índole, como ‘screening’ tecnológicos, redacción de especificaciones técnicas para RFQ u homologación de baterías, entre otros. Y es también para este sector para el que hemos desarrollado nuestra primera línea de productos como nuestros sensores de tensión, temperatura e impedancia a nivel de celda o módulo, y los equipos master de diagnóstico de estado de carga y de salud de baterías, que cuentan con algoritmos avanzados basados en ensayos y caracterización electroquímica realizados en laboratorio, que se retroalimentan con los datos ‘in-operando’ de las baterías, permitiéndonos optimizar la gestión de la batería y darle los mejores cuidados.

Uno de sus servicios es el ‘post mortem’ de las baterías,.¿Para qué sirve hacerles la ‘autopsia’?
Las baterías tienen mecanismos de envejecimiento que son un conjunto de procesos químicos y físicos que causan el fallo de las mismas. Estos fallos pueden ser procesos largos de degradación o eventos catastróficos cortos y, en algunos casos, una combinación de ambos. El diagnóstico ‘post mortem’ o ‘autopsia de las baterías’, nos permite conocer con precisión los modos que han llevado a fallo a una batería, y esta información nos facilita tomar decisiones para mejorar su diseño y optimizar la estrategia de gestión en operación, alargando por tanto su vida.
Con su rápido crecimiento como ‘startup’, ¿dónde ve a la empresa en los próximos años?
En nuestra estrategia más cercana está consolidar nuestra línea de productos de diagnóstico actuales, preparados ya para diferentes tecnologías como NiCd, NiZn, baterías de flujo, plomo y Li-Ion, y en próximos pasos abrir el abanico, de tal manera que en pocos años nos gustaría tener una amplia gama de productos de sensorización, monitorización y diagnóstico de baterías para distintas aplicaciones y tecnologías, y continuar desarrollando nuestra labor de consultoría y ‘post mortem’ como expertos en almacenamiento electroquímico. Nos gustaría crecer de una manera sostenida y apoyarnos mucho en el tejido empresarial local y en la colaboración internacional, para ampliar nuestros mercados.