Ormazabal, compañía de soluciones eléctricas personalizadas y de alta tecnología, invirtió 20 millones de euros en I+D el pasado ejercicio, un 25% más que hace cinco años. La firma asegura que el impulso de la innovación como “garantía de crecimiento y continuidad” es lo que le llevó a cerrar “con nota” un 2021 marcado por la incertidumbre generada por la pandemia y por la crisis de suministros.
Ormazabal destina anualmente el 4% de su facturación a I+D, cifra que se traduce en una mayor inversión gracias al “firme compromiso” de reinversión de los resultados de la compañía. De hecho, en estos últimos cinco años la I+D ha supuesto una inversión total de 85 millones.
La compañía impulsa la innovación tecnológica, lo que ha supuesto que todos sus productos sean nativos digitales, integrando la inteligencia y sensorización desde su concepción para asegurar la automatización de la red eléctrica. Las inversiones en este ámbito también han hecho posible que el 100% de la tecnología que incluye cada una de las soluciones de Ormazabal sea desarrollada por la compañía, desde la interrupción, el corte y el aislamiento eléctrico, hasta el ‘firmware’, la comunicación y la ciberseguridad que incorporan sus productos.
Esta apuesta por la innovación como palanca de crecimiento se ha traducido en una facturación de 525 millones de euros en 2021, cifra que representa un incremento de más del 10% respecto al ejercicio anterior, cuando facturó 463 millones.
Asimismo, en estos últimos cinco años, la compañía ha adquirido una fábrica de transformadores en la localidad soriana de Ólvega, ha puesto en marcha una nueva fábrica de celdas de distribución secundaria en Burgos, ha duplicado la dimensión de sus centros de producción de Bahía (Brasil) y Buenos Aires (Argentina) y ha construido dos nuevos centros de producción en St. Helens (Reino Unido) y Rochester (Estados Unidos).