El Clúster del Papel registra una fuerte caída de la producción pero mantiene la inversión

Los fabricantes de pasta y papel redujeron su producción un 10%, hasta las 1.229.401 toneladas.

A pesar de haber sido declarado esencial y no detener su actividad en la etapa más dura de la pandemia, el sector papelero de Euskadi sigue soportando el envite del covid. La demanda se redujo considerablemente en 2020, y la producción y la facturación bajaron un 10%.

La Asociación Clúster del Papel de Euskadi celebró recientemente su 24ª asamblea anual, en la que el presidente y el gerente, Miguel Ángel Tapiador e Iñaki Ugarte, respectivamente, expusieron los datos de 2020 y los desafíos a los que se enfrenta el sector este año.
Como explicaron, y a pesar de que tras la declaración del estado de alarma “el sector del papel fue declarado esencial y no paró su actividad”, el impacto negativo de la pandemia “fue muy importante y todavía se mantiene, ya que la demanda final de productos papeleros no termina de consolidarse”.
En este sentido, como consecuencia del “retroceso de la demanda”, los fabricantes de pasta y papel sufrieron una importante caída de la producción (10%), hasta las 1.229.410 toneladas. También descendieron las ventas de las organizaciones de la asociación, que facturaron en 2020 1.079 millones de euros (10% menos respecto a 2019) de los que 550 millones (9% menos) fueron exportaciones.
No obstante, las empresas asociadas “mantuvieron buena parte de sus programas de inversión”, acometiendo proyectos por valor de 95 millones de euros, “para mejorar sus capacidades de producción, aumentar la gama de productos ofrecidos al mercado, ser más eficientes energéticamente, mejorar su competitividad y reducir su impacto medioambiental”.

El impacto negativo de la pandemia

“fue muy importante”
y aún se mantiene

Además, el sector respondió con proyectos de inversión “por valor de 120 millones de euros a las distintas manifestaciones de interés convocadas en el Estado y la CAV”, centrados en las áreas de descarbonización, eficiencia energética, economía circular, productividad, eficiencia de procesos, crecimiento y diversificación.
Desafíos
En cuanto a los retos para 2021, estos se centran en la diversificación, industria 4.0 y digitalización, compromiso medioambiental, valorización de residuos y economía circular, coste de materias primas, reforma del mercado eléctrico, y empleo y costes salariales.
Así, “ante los cambios en la demanda”, las empresas “están aprovechando para ampliar la puesta en el mercado de nuevos productos de valor añadido, y para digitalizar los procesos. Además, siguen comprometidas con la minimización del impacto ambiental sectorial y “garantizan su compromiso con el Plan de Reducción y Gestión de Residuos Euskadi 2030”. Por último, el sector tendrá que hacer frente a “los incrementos de precio y a la escasez de oferta”, y a los costes salariales, que se sitúan “hasta un 30% por encima de otras empresas del sector en España, y superiores a los de muchos competidoras de Europa.

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