La crisis económica de los últimos años ha evidenciado la fuerte dependencia de las empresas respecto de la financiación bancaria, así como las consecuencias de una política restrictiva del crédito, que han abocado a muchas compañías al cierre. Desde distintos foros empresariales y también académicos, se ha proclamado la necesidad de dotarse de un modelo de financiación alternativa sólido, con un sistema de garantías fuerte. Con ese objetivo en 2008 abrió sus puertas a las empresas de mediana capitalización el denominado Mercado Alternativo Bursátil (MAB), con el objetivo de facilitarles un medio de financiación que les permitiera afrontar
A través de la fórmula ‘Peer to Peer’, la economía colaborativa ha encontrado también su cauce de financiación alternativa a la bancaria mediante distintas plataformas de crowdfunding o crowdlending, vehiculizadas a través de internet, dirigidas a proyectos empresariales normalmente pequeños, creativos e innovadores, y que en los últimos años han conocido un auge tan importante en España que ya está siendo objeto de regulación legislativa, dentro del proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, actualmente en el Senado. En el mercado europeo, la financiación alternativa online creció el pasado año un 144% hasta alcanzar los 3
