Los Servicios de Prevención Ajenos (SPA) son empresas acreditadas, en el caso de la CAV por el Gobierno vasco, para prestar a las organizaciones sus servicios en todas o alguna de las cuatro especialidades preventivas que establece la Ley de Prevención de Riesgos Laborales; esto es: seguridad en el trabajo, higiene industrial, ergonomía y psicosociología aplicada, y medicina del trabajo. Su actividad se centra en conseguir una mejora de las condiciones de trabajo y la prevención de los accidentes mediante la implantación de las correspondientes medidas de prevención y de protección de sus empresas clientes. El sector, hasta hace unos pocos
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la tasa de actividad laboral en España en personas de entre 60 y 64 años, para ambos sexos, se ha incrementado entre 2006 y 2017 en 10 puntos, pasando del 34,69% al 44,66%. Este incremento ha sido especialmente relevante en el colectivo de las mujeres, que ha aumentado su tasa de actividad en 17 puntos, pasando del 21,57% en 2006 al 38,55% en 2017. Este progresivo envejecimiento de la población trabajadora significa un enorme reto para los servicios de prevención ajenos, que deben adaptarse a la nueva situación tanto en lo concerniente a vigilancia de la salud como a las disciplinas técnica