La innovación universitaria tiene dos componentes: el educativo (la mejora del modo en que formamos al alumnado, teniendo en cuenta las demandas presentes y anticipando las demandas futuras de la sociedad) y la transferencia de resultados de investigación a la sociedad. El primero requiere acercar la formación a la realidad laboral, haciendo hincapié en la formación dual universidad-empresa, y trabajando con flexibilidad para responder a la necesidad de formación continua y especializada. En 2016 concertamos 120 contratos con 50 instituciones y empresas, solo atendiendo la demanda de ese tipo de formación. El segundo componente, innovar tra
El futuro de la innovación en el ámbito de la formación estará más basado en el aprendizaje que en la enseñanza, más centrado en las necesidades de los estudiantes que en los intereses de los profesores. Autonomía del estudiante. Capacidad de definir competencias (que incluyen conocimientos, habilidades, actitudes…). Aprender a evaluar y medir con rigor la actividad docente. Selección y formación del profesorado. Y, como decía San Ignacio hace medio milenio, unir “virtud y letras”: saber plantear bien la cuestión de los valores; es decir, la actitud y compromiso personales ante el estudio y el trabajo.