El mercado del gran consumo atraviesa un contexto marcado por una inflación alimentaria superior al 10% y una bajada generalizada de las ventas en volumen, factores que conviven con las cada vez mayores exigencias de las personas consumidoras en torno a la sostenibilidad de los productos alimentarios o la digitalización de las experiencias de compra, a las que las empresas deben dar respuesta. Se trata de “la paradoja de tener que manejar al mismo tiempo las luces cortas y las largas”, como ha señalado Ignacio González, recientemente nombrado consejero del Grupo Pascual, en el encuentro que ha mantenido con un centenar de directore/as, gerentes y altos cargos de empresas de toda la cadena de valor de la alimentación de Euskadi. 
Organizado por Basque Food Cluster en el Palacio Urgoiti de Mungia (Bizkaia), el acto ha dado pie a establecer un diálogo abierto en el que los responsables de las empresas han podido compartir las dudas que les depara el panorama actual del gran consumo. La introducción a la jornada ha corrido a cargo del Presidente de la asociación, Manu Giner, quien ha enmarcado su celebración en el deseo de abordar, de manera conjunta con sus asociados, los principales desafíos a los que se enfrenta el sector alimentario y arrojar luz de cara a planificar el año 2024.
El ponente invitado en esta segunda edición de los ‘Encuentros con la Dirección’ que anualmente celebra Basque Food Cluster ha sido Ignacio González, directivo con un extenso recorrido de más de 30 años en el ámbito de la alimentación. Su reciente nombramiento como miembro del consejo de administración del Grupo Pascual viene precedido de su trayectoria como consejero delegado de Nueva Pescanova, desde 2016 hasta 2023. Asimismo, ha sido presidente de la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) entre 2021 y 2023, y anteriormente desempeñó cargos directivos en empresas del sector como Carrefour y Campofrío.
En su ponencia, ha aportado una visión integral de la situación actual del mercado del gran consumo y las amenazas que afronta, repasando las principales tendencias de consumo y ofreciendo las claves para encarar el futuro. En este sentido, ha indicado que el sector alimentario se enfrenta a “la paradoja de tener que combinar las luces cortas y las largas”, en referencia a la necesidad de atender al mismo tiempo escenarios muy diversos. 
“Las luces cortas se refieren a la inflación, la crisis económica que sufren los consumidores, la bajada de volúmenes o la escasez de materias primas. Al mismo tiempo, hay luces largas, tendencias de consumo a largo plazo como la sostenibilidad o la digitalización de las experiencias de compra, que no se están viendo afectadas por lo anterior. Es la primera vez que veo convivir ambas realidades. Es decir, las personas están recortando todo lo que pueden para continuar gastando en todo lo que quieren”, ha apuntado Ignacio González. 
Esta realidad se traduce en el despliegue de estrategias de ahorro entre las personas consumidoras, como el downtrading y la apuesta por las marcas de distribuidor, o el incremento de la frecuencia de compras más pequeñas en volumen. En definitiva, comportamientos que arrojan dos conceptos principales en las tendencias de consumo: la infidelidad, puesto que se alterna el consumo de las marcas, tiendas y canales habituales con opciones más económicas; y la búsqueda del ahorro, dando prioridad a precios y promociones sobre otros factores. 
De cara a un futuro más lejano, Ignacio González ha lanzado una serie de ideas que pueden suponer cambios disruptivos en el sector alimentario. Entre ellas, la creciente importancia de las materias primas (“¿Cuál es el precio de un tomate cuando no hay tomates?”, se ha cuestionado), la valorización de los subproductos en los sectores primarios, o los retos de la logística en la última milla, impactada por las restricciones de movilidad urbana.