La comunidad maker se volcó en la lucha contra el covid

El movimiento ‘maker’ Euskadi se activó en cuanto se decretó el estado de alarma y el confinamiento de la población para dotar al personal sanitario de elementos de protección, aprovechando sus impresoras 3D. Un movimiento ciudadano que buscó paliar la falta de viseras de protección, respiradores, válvulas y otros dispositivos sanitarios. Un movimiento que, al mismo tiempo, puso de manifiesto la utilidad de las tecnologías de impresión 3D y que también caló entre diferentes empresas industriales.
Así, cerca de 1.000 voluntarios, entre científicos, ingenieros y diseñadores, se sumaron a la iniciativa de crear, con impresoras 3D, material de protección en aquellos días de marzo. En cuatro días se entregaron más de 12.000 viseras de protección.
A los ‘makers’ se sumaron empresas como Maier, que junto a la firma Idelt y con el apoyo de Tknika, se unió a la iniciativa para fabricar viseras médicas. Por su parte, la alavesa Mizar, también se volcó en la parte médica con la fabricación aditiva de mascarillas, viseras o válvulas para respiradores y entregó 5.000 mascarillas y 5.000 viseras. Además, junto a FM Control, experta en tratamiento de imagen y rayos X, diseñó un prototipo de respirador mediante tecnología 3D. Por último, la multinacional HP donó en julio al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) una bioimpresora HP D300e capaz de dispensar compuestos farmacéuticos de manera automática.

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