La Autoridad Portuaria de Bilbao (APB) iniciará este año los trabajos de culminación de la ampliación del puerto en el Abra Exterior, con el aumento del Muelle AZ1 y la segunda fase del Espigón Central. La ampliación del Muelle AZ-1, para el que se inicia ahora la redacción del proyecto, aportará 50.000 m2 de nueva superficie en el extremo del Dique de Zierbena y cerca de 250 metros de línea de atraque con el objetivo de ofrecer suelos para actividades industriales, entre otras, y mejorar al mismo tiempo la operativa de atraque en esta zona y la agitación dentro de la dársena de la ampliación.
Por otro lado, mientras continúan los trabajos de acondicionamiento de los 320.000 m2 de superficie de la primera fase del Espigón Central finalizada en 2019, se iniciará la redacción del proyecto de la segunda fase, con el que se obtendrán otros 340.000 m2. Todos los muelles contarán con 21 metros de calado, al igual que el resto de los muelles construidos al abrigo del Dique de Zierbena, en la dársena del Abra Exterior.
Por otro lado, el pasado mes de diciembre, en una operación valorada en 13,1 millones de euros, la APB cedió los últimos muelles que ocupaba en la capital bilbaína. Con la venta de los muelles de Zorroza –que iniciaron su actividad comercial en 1928 (su quinta y última fase, en 1932)– se desafectarán del dominio público portuario algo más de 100.000 m2, además del propio muelle, de 823 metros de línea de atraque.

Esta zona portuaria, muy activa durante el siglo XX, llegó a tener 1,65 millones de toneladas de mercancías anuales. Los nuevos muelles del Abra Exterior, creados tras las obras de ampliación iniciadas en la década de 1990, accesibles sin entrar en la Ría y directamente comunicados por autovía, hicieron que los muelles de Zorroza perdieran atractivo comercial.
Con el cierre de esta zona de atraque, Bilbao deja atrás una larga historia portuaria y el origen de su identidad.