Isabel Busto sustituye a Eduardo Junkera y se convierte en la primera mujer que presidirá Adegi en su historia
La nueva máxima mandataria aseguró que hará todo lo posible para “estar a la altura”, reivindicó que “la empresa es el garante del bienestar y el progreso”, y expuso las principales preocupaciones que afectan a las compañías, derivadas de la última encuesta de coyuntura
- Xabier Isasa
- 30-Mayo-2024
Eduardo Junkera, recibe una makila como reconocimiento a su labor, de manos de Isabel Busto, nueva presidenta de Adegi. Foto: Irekia
Una mujer preside desde hoy Adegi por primera vez en su historia. La donostiarra Isabel Busto, subdirectora general y consejera de Zucchetti Spain, ha sustituido en la Asamblea General que la patronal guipuzcoana ha celebrado en su edificio de Fabrika ,previa a la celebración del Día de la Empresa, a Eduardo Junkera, que deja el cargo tras agotar los seis años de mandato. Junkera, que presidió la última Junta, recibió una makila como reconocimiento a su labor y deja el cargo después de seis años que se le han “pasado muy rápido”. En la hora del adiós y, por tanto, de hacer balance, “satisfacción y orgullo” son los sentimientos que embargan a este empresario, feliz de haber podido “presidir una organización que aporta valor”. Y, además, en una “época bonita con todo el desarrollo de la nueva cultura de empresa que ha culminado en un proyecto como Fabrika”.
En su primera alocución como presidenta ante sus compañeros, Busto reconoció como “fundamentales” el trabajo, la visión y el compromiso de su antecesor “para el crecimiento y el éxito de nuestra asociación” y asumió el cargo con “orgullo y vocación de servicio” además de asegurar que hará “todo lo posible para estar a la altura de este reto”. La nueva máxima mandataria, en clave de futuro, señaló que “las empresas y las personas serán los actores principales” de todos los desafíos que tienen por delante, como la transición digital o la ecológica y recordó que “la empresa es el garante del bienestar y el progreso. No hay nada más progresista que la empresa”, zanjó.
Antes, como hace cada año en el Día de la Empresa, la patronal guipuzcoana hizo entrega de los premios Adegi que, en el caso del más veterano, el Premio a la Transición Cultural que cumplió su decimotercera edición, recaló en Construcciones Sukia, reconociendo el nuevo camino emprendido por la firma para adaptar su cultura y abordar de forma diferente el compromiso, los valores, la cultura del esfuerzo o el atractivo de la empresa. El noveno Premio Nueva Empresa de Gipuzkoa, que reconoce a las empresas destacadas de la provincia con una antigüedad menor a diez años, se lo llevó ViveBiotech y, por último, el Premio a la Empresa de Desarrollo Sostenible, en su tercera edición, fue para Uvesco, por su apuesta decidida por la sostenibilidad desde una perspectiva integral.
El colofón a una emotiva jornada lo puso el lehendakari Urkullu, que acudió por última vez en calidad de tal a su cita anual con los empresarios guipuzcoanos. Además de felicitar al presidente saliente por su labor y a la entrante por ser elegida, Urkullu puso en valor a la empresa, a la persona que "emprende, invierte, arriesga y pone en marcha un proyecto que genera riqueza". Recordó que sería imposible “mantener la calidad de vida que tenemos sin la aportación de nuestro tejido empresarial, económico e industrial” y defendió el modelo de nueva cultura de empresa como "un desafío que podemos compartir entre todos".
Absentismo, costes laborales e incrementos salariales, falta de talento o baja de la rentabilidad en las ventas, preocupaciones de las empresas
Adegi celebró su Asamblea General y el Día de la Empresa 24 horas después de exponer públicamente las conclusiones de la encuesta de coyuntura de cara a la segunda mitad del año, que Isabel Busto hizo suyas en su discurso de toma de posesión. En un contexto general en el que las empresas guipuzcoanas “aguantan el tipo”, Eduardo Junkera y José Miguel Ayerza, presidente y director general de Adegi respectivamente, admitieron que lo hacen “con menos brillo” en la exposición de dicha encuesta. A los factores habituales de preocupación en los últimos tiempos como son los elevados costes laborales e incremento salariales, la dificultad para contratar personal cualificado, la debilidad de la economía internacional o el absentismo se le une con fuerza la pérdida de rentabilidad en las ventas que pasa a ser motivo de preocupación para casi un 30% de las empresas, ocupando el cuarto lugar entre los desvelos de los empresarios.
No en vano, la perspectiva que tiene cada compañía sobre el mercado en el que opera es el menos optimista desde otoño de 2022. Aunque esperan ciertas mejorías de cara a los próximos meses, sólo el 32% de las empresas considera que la situación de su mercado es de reactivación, 7,5 puntos menos que el año pasado, para un global de un 81,5% de firmas que lo ven en situación de normalidad o reactivación, el nivel más bajo desde septiembre de 2022. Todo ello pese a que la facturación aumenta un 1,6%, llegando a un 2% en el caso de las exportaciones, si bien el nivel de pedidos disminuye un 0,7% respecto al trimestre anterior.
Eso no evita que la patronal mantenga las previsiones de crecimiento del PIB guipuzcoano para este año entre un 1% y un 2% y de que se vayan a crear entre 3.500 y 4.500 puestos de trabajo. El bueno dato de generación de empleo contrasta con la dificultad que encuentra el 44% de las empresas para encontrar personal cualificado. Y, sobre todo, además del absentismo laboral, que sigue preocupando al 30% de las compañías y crece quince puntos respecto a 2023, con la incertidumbre que genera ver que la rentabilidad en las ventas también baja. Un descenso en una rentabilidad, según Ayerza, vinculada a “la competitividad”, que se ve condicionada por el “incremento de los costes laborales”. A su vez, “Europa atraviesa una situación delicada” que hace que “nuestro principal mercado esté generando una dificultad sobre todo en el sector industrial, lo que da lugar a que la competitividad de nuestras empresas sufra”, a lo que tampoco ayuda la inflación, la carestía de la financiación que “va erosionando a la competitividad de las empresas y a la rentabilidad en las ventas”. La única receta para hacer frente a esta coyuntura es “inversión, desarrollo de I+D, tecnología, talento y apostar por sectores de alto valor añadido”. Y un crecimiento en el tamaño empresarial, que también importa.