No fue año de euforia pero tampoco de sangre. A pesar de la gran incertidumbre que ha rodeado la actividad financiera mundial, la Bolsa mantuvo en 2016 la estabilidad y la calma, gracias a la política intervencionista de los bancos centrales, con unos tipos en mínimos históricos y continuas inyecciones de liquidez vía compra de bonos. Un año lleno de trampas, de emociones en juego en el que, quien se dejó llevar y vendió a la baja, perdió, y que se cerraba igual que empezó, dominado por la volatilidad y la incertidumbre, con 120 valores en el mercado continuo, entre ellos el de la vasca Dominion, que se incorporó en abril.Las políticas mone
Los bajos e incluso negativos tipos de interés, el complejo entorno macroeconómico, la cada vez más rigurosa presión regulatoria y la dificultad de competir en igualdad de condiciones con nuevos jugadores afectaron de manera decisiva el negocio financiero. Pero ni tan siquiera estas circunstancias adversas, ni la guerra de las cláusulas suelo que se desató a mediados de año, impidieron que los beneficios de la banca española, calificada como una de las más eficientes de la Unión Europea, superaran los registros del año anterior.Digitalización, rentabilidad, solvencia y reputación fueron los cuatro grandes retos a enfrentar a lo largo de 201