Hablar de calidad vida en un año en el que una pandemia mundial ha modificado todas las actividades de ocio y puesto en peligro la vida de los habitantes del planeta, parece un sinsentido, pero quizás lo sea menos si lo que se tiene en cuenta es la respuesta del sistema sanitario vasco, asistencial, de las empresas -luchando por mantener el empleo- y de los propios ciudadanos encerrados en sus casas en los meses más duros de la crisis, y todavía limitados completamente en el ocio, hasta doblegar este virus, que no cesa en su empeño de extenderse. Las condiciones sociales de las que partía Euskadi para enfrentarse al virus son, sino inmejor
El turismo había llegado a ser un sector económico con un peso relevante en el PIB, sobrepasando el 6% y recibiendo 3,8 millones de visitantes en 2019. De hecho, durante los meses de enero y febrero de 2020 había experimentado un crecimiento de en torno al 13%, pero todo se truncó a mediados de marzo, con la pandemia. La reapertura a partir de verano permitió un pequeño respiro al sector, pero las posteriores limitaciones han hecho del turismo, uno de los sectores más duramente golpeados por la crisis.Las cifras frías son aplastantes. En el año 2020 se registró un descenso del 61,1% en las entradas de viajeros y un porcentaje similar en las