Tomar un plato de comida con ingredientes locales, saludables, que cubran necesidades funcionales y que, además, mientras lo ingieres experimentes sensaciones y emociones relacionadas con su origen, frescura, producción sostenible, etc., es el futuro que nos viene. La innovación agroalimentaria busca alimentar el cuerpo y el alma y la personalización se perfila como la gran tendencia para lograr conectar e identificarse con el producto. El dicho ‘comer para vivir’, es decir, comer lo imprescindible para nutrirse de los componentes necesarios para vivir o satisfacer el hambre deberá actualizar o ampliar su definición. Hoy en día, ya no es su
Estamos frente a un mundo cada vez más interconectado, con un consumidor más reflexivo y con múltiples opciones de elección. Se ha priorizado mejorar la competitividad empresarial a través de la reducción de costes, aunque no hay mucho margen de maniobra en este sentido. El nuevo estadio es la economía de la innovación y el ‘time to market', el llegar al mercado antes que los demás y de forma diferenciada. Pero la competitividad basada sólo en la eficiencia es una estrategia de corto recorrido y limitada. Sólo la combinación de eficiencia y generación de valor puede garantizar la sostenibilidad de la cadena de valor del mar y la alimentació