Solidaridad alimentaria para las personas más vulnerables

Numerosos han sido los ejemplos de acciones solidarias durante los meses de confinamiento. Iniciativas para paliar las dificultades de las personas más vulnerables. También desde el ámbito agroalimentario.
En este sentido, destaca la iniciativa Jakioro, que proporcionó platos solidarios de caserío, elaborados a base de producto local, en un ejemplo de colaboración público-privada y con el tercer sector. Así, la Fundación Hazi gestionó los excedentes de las empresas Barrenetxe, Garaia, Garlan, Udapa-Paturpat, Alberro, Karabeleko y Lurrarte. Por su parte, Orona Fundazioa asumió la transformación del producto en las cocinas de su sede corporativa en Hernani y el preparado en tuppers ultrasellados. Y por último, las raciones se distribuyeron, a través de entidades sociales y personas voluntarias, colaboradoras con Guztion Artean de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
Hasta el verano se habían repartido más de 50.000 raciones, a razón de 2.000 raciones diarias, pero se contemplaba la posibilidad de ampliarlo, según las necesidades. Otras entidades han realizado también diferentes actuaciones y unas de las más activas ha sido Eroski. Ha recaudado alimentos básicos para familias en situación de vulnerabilidad, ha donado mascarillas, ha promovido una tarjeta de compra para fines sociales entre las administraciones y las entidades, o ha firmado acuerdos de colaboración con pequeños productores y cooperativas para impulsar el consumo de producto local.
Por ejemplo, a través de su campaña ‘Un millón de comidas’, Eroski y sus clientes consiguieron recoger 750.000 kilos de alimentos básicos y productos de higiene para que los Bancos de Alimentos puedan atender las necesidades de los colectivos más vulnerables.

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