“Los desafíos de las Sociedades Laborales y Participadas desde el trampolín de la Asamblea General”

Jone Nolte, gerenta de ASLE

Jone Nolte, gerenta de ASLE.

ASLE apuesta por la innovación de su modelo, así como por la creación de instrumentos e incentivos que faciliten la transmisión de empresas en favor de las personas trabajadoras como retos prioritarios para el 2024.
Año a año celebramos la Asamblea General con las empresas asociadas y el resto de los amigos y amigas de las Sociedades Laborales y Participadas. La de este año es la cuadragésima segunda y aunque la dinámica es similar a las anteriores, creo que es un momento imprescindible para conocer en mayor profundidad qué es lo que hace una organización representativa como ASLE para defender los intereses, necesidades y expectativas del colectivo al que representa. Y lo digo ahora, cuando el asociacionismo no pasa por su mejor momento.
Por ello, hay que poner en valor las señas de identidad que caracterizan a esta organización: humanidad, cercanía y conocimiento experto. Aportaciones que la inteligencia artificial difícilmente conseguirá sustituir.
La asamblea de ASLE discurrirá este año a caballo entre lo que ocurrió durante el 2023 y lo que haremos que ocurra durante el 2024.
Un año, el 2023, donde hemos desarrollado una intensa labor de representación y lobby, más si cabe, teniendo en cuenta que, en 2023, Donostia fue declarada Capital de la Economía Social. Más de 50 encuentros institucionales que han culminado en tres hitos destacables para nuestro colectivo: nombramiento de Javier Muñecas en representación de ASLE como presidente del CES vasco; renovación de la presidencia de la Confederación de Sociedades Laborales de España (Laborpar) para un nuevo mandato; y más relevante aún, aprobación de la normativa que posibilita que un trabajador indefinido de una sociedad laboral pueda capitalizar el desempleo para comprar acciones o participaciones de la empresa en la que trabaja y convertirse así en persona socia.
Por otra parte, hay que destacar las muchas iniciativas puestas en marcha por esta organización para intentar que cada vez sean más las empresas que se crean o se transforman a Sociedad Laboral o Participada; además de los servicios que prestamos día a día para apuntalar la consolidación de las empresas en el tiempo. Fruto de estas actuaciones, tenemos varias empresas catalogadas como campeonas ocultas, una proporción de empresas significativamente mayor a lo que representamos en el PIB.
Así, ASLE ha interactuado durante el 2023 con el 87% de la base asociativa, compuesta por 280 empresas de las más de 500 existentes en Euskadi, representando a más de 6.000 empleos. Y, ha contribuido a su crecimiento, mediante la creación de 20 nuevas empresas que representan casi 80 empleos.
Un ejercicio 2023 que ha sido positivo para las empresas asociadas en cuanto a su crecimiento económico, en línea con el contexto socioeconómico general, y que ha culminado con resultados positivos para esta organización.
Si miramos hacia el 2024, nuestra estrategia pasa por continuar desarrollando actividades variadas en torno a la visibilidad. Así, desde la perspectiva de la sostenibilidad, continuaremos apostando por un desarrollo socioeconómico comprometido con la agenda 2030.
Pero también tenemos desafíos. 
En primer lugar, debemos perseverar en un cambio normativo que posibilite el acceso a la capitalización del desempleo a la plantilla que quiere comprar la empresa a la propiedad que se jubila, para transformarse en sociedad laboral. Esta medida estuvo a punto de aprobarse por el parlamento de España el año pasado, pero se anunciaron las elecciones anticipadas y se disolvieron las cámaras, quedando nuestra propuesta desatendida. No obstante, es una medida en la que debemos seguir trabajando para poder crear una alternativa realista a la renovación del tejido empresarial, que también está sometido al reto demográfico. En este mismo sentido, es necesario que la Hacienda Foral de Bizkaia promueva los incentivos fiscales que ya existen en Gipuzkoa y Araba para el fomento de los procesos de sucesión en favor de las personas trabajadoras.
Por otra parte, queremos innovar de forma disruptiva en el modelo jurídico que nos regula. Todos y todas sabemos que la sociedad está en proceso de cambio y, por tanto, nuestras empresas deben ganar flexibilidad para superar las limitaciones que las constriñen.
También las Sociedades Laborales comparten retos más generales con el resto de las empresas, como por ejemplo: el problema del absentismo, la transición ecológica y digital, la competencia global, las mayores exigencias de la cadena de suministro, la multiculturalidad, la ausencia de liderazgos, la atracción del talento…
No obstante, son los desafíos propios y específicos de las Sociedades Laborales y Participadas los que ocuparán principalmente el tiempo de ASLE a corto plazo y, seguramente también, a medio y largo plazo. 
¡¡ Ojalá pueda daros buena cuenta de ello el año que viene!!

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