La Cámara de Álava reconoce el esfuerzo de internacionalización de sus empresas

En su XXXIII edición, otorga sus premios a Okendo Txakolina, Zayer y Vidrala

‘Foto de familia’ de los galardonados, junto a los representantes institucionales y de la Cámara.

Okendo Txakolina, Zayer y Vidrala han sido las compañías galardonadas con los premios a la Internacionalización de la Cámara alavesa, en un año que vuelve a batir récord de exportaciones en el territorio, con un crecimiento, de momento, superior al 6% en sus ventas exteriores.

En su XXXIII edición, los Premios a la Internacionalización de las Empresas Alavesas/Arabako Enpresen Internazionalizazioaren Sariak reconocían un año más a aquellas que compiten con éxito en los mercados internacionales y que son soporte fundamental para la economía del territorio. Los representantes de Okendo Txakolina, Zayer y Vidrala recibieron sus galardones en un evento organizado por la Cámara de Comercio, en colaboración con la Diputación Foral y el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco, y patrocinado por CaixaBank, al que asistieron alrededor de 150 personas.
En calidad de anfitrión, el presidente de la Cámara, Gregorio Rojo, anunció en su intervención un nuevo récord de las exportaciones, con un crecimiento superior al 6% que ha hecho que las ventas en el exterior de las empresas alavesas vuelvan a romper su techo en 2017. “Y los datos acumulados hasta septiembre nos hacen pensar que, con toda seguridad, este techo se volverá a mover”.

Cristina Manzano, directora de esGlobal.org, dialoga con el secretario general de la Cámara, Eduardo Mozo de los Rosales.

El máximo responsable de la Cámara se refirió a las complicadas circunstancias que rodean a países como Estados Unidos, Reino Unido o Italia, que figuran entre los cinco primeros destinos de las exportaciones alavesas y su afección sobre las mismas. “A su vez, vemos que el crecimiento se traslada a economías más lejanas, en ocasiones más inestables, y siempre con operativas más difíciles, que incrementan la exigencia hacia nuestras empresas”.
“Nuestras empresas se están acostumbrando a conducir en la niebla. Las estrategias deben ser continuamente redefinidas y revisadas y las decisiones tienen que tomarse identificando de antemano las alternativas que las hagan reversibles”, afirmó Rojo quien destacó la gran capacidad de adaptación de los profesionales, “capaces de marcar la diferencia, muchos de los cuales han contado con la colaboración de nuestra Cámara a la hora de completar su formación”. Así, destacó el magnífico ejemplo de profesionalidad de las compañías reconocidas este año, “buena muestra de que competir con éxito en mercados globales es un gran reto”.

Cuatro trayectorias que no conocen límites ni fronteras

En su XXXIII edición, el jurado de los Premios a la Internacionalización de la Cámara de Álava decidía conceder ‘ex-aequo’ los galardones a tres compañías alavesas, además del premio ‘Embajador de Álava’ al doctor e investigador vitoriano Eduardo Anitua, impulsor del laboratorio BTI, pionero en el desarrollo del plasma rico en factores de crecimiento, reconociendo su aportación en la concesión de un mayor prestigio internacional al territorio.
En el caso de Okendo Txakolina, el jurado destacaba su emergente carrera internacional que le ha llevado a estar presente, con un producto muy local, en más de 25 mercados diferentes de cuatro continentes, amparado en un magnífico trabajo de branding y una potente capacidad de innovación tecnológica. En Zayer se ha valorado su capacidad de exportar productos de alto valor añadido tecnológicos y de calidad, con una presencia global que apoyada en una amplia y profesional red comercial es capaz de proporcionar una asistencia permanente a clientes en más de 40 países. Finalmente, en el caso de Vidrala se destacó su continuada actividad internacional, que le ha llevado a convertirse en el 4º operador europeo de su sector, ofreciendo un servicio completo, que incluye la fabricación de envases de vidrio, los procesos de envasado y servicios logísticos. Todos ellos recibieron un cubo en gres negro con el logo de la Cámara destacado en esmalte rojo, obra de Inés González de Zárate.

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