“La buena imagen del País Vasco es el anclaje de nuestra proyección”, Bodegas Itsasmendi. Gernika

Foto: Bodegas Itsasmendi

Bodegas Itsasmendi se fundó en 1994 en el corazón de Urdaibai de la mano de la agrupación de varios viticultores cuyo objetivo inicial era la elaboración de un txakoli de alta calidad. Actualmente, está presente en 17 países y el 30% de sus ventas proceden de la exportación. La bodega inició su proceso de internacionalización exportando sus vinos a Estados Unidos en 2007, tras recibir una valoración de 92 puntos en la prestigiosa lista Parker (el equivalente a la Guía Michelin para los restaurantes) por su añada Itsasmendi 7 2006. “Esto sucedió a las puertas de la crisis, lo que nos condicionó mucho nuestro posicionamiento en el mercado nacional y nos derivó a la exportación”, explica Maite Zabala, responsable de marketing de la bodega. Si por algo se ha destacado Bodegas Itsasmendi en su proceso de búsqueda de nuevos mercados exteriores, es por haber apostado por dar un salto cualitativo en la calidad del producto. “Ofrecemos un vino con nombre propio, como es el txakoli, y lo presentamos como un vino fresco, atlántico y gastronómico; esto es lo que hace nuestra estrategia de internacionalización singular”. A este valor añadido une otro elemento clave como es “la buena imagen del País Vasco, su gastronomía y su paisaje”, que para Zabala, han constituido los auténticos “anclajes de proyección internacional” para su marca. 
En este largo y meritorio proceso de internacionalización, no obstante, también han surgido obstáculos que los responsables de la bodega han tenido que ir sorteando para mantener e incrementar su nómina de clientes.Tal y como explica su directora de marketing, una de las mayores dificultades ha tenido que ver con la “saturación del producto de las distribuciones de interés”, lo cual les ha dificultado “la elección adecuada de los canales de comercialización”, subraya. A este obstáculo añade el hecho de que el txakoli es aún un tipo de vino poco conocido en el mercado internacional del sector, lo cual dificulta en cierta medida su exportación. “Debemos mejorar la comunicación en torno al término txakoli”, reconoce la responsable. De cara a los próximos meses, tienen como objetivo impulsar varias misiones comerciales inversas con otros países interesados en su producto. “Estamos convencidos de que la gente que viene y vive la experiencia de nuestro territorio, fideliza a la larga muchísimo más”, afirma Zabala, quien añade que otra de sus tareas pendientes para los próximos meses será la “búsqueda de importadores adecuadas”, así como contribuir a potenciar la marca Bizkaiko Txakolina, asociación a la que pertenece esta bodega vizcaína.

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