Globalmente, 2018 fue un año positivo para la economía vasca, con un aumento tanto de la actividad como del empleo. Sin embargo, el impulso se ha ralentizado y se mantienen las incertidumbres internacionales. Así lo señala la Memoria Socioeconómica 2018 del Consejo Económico y Social Vasco (CES), presentada el pasado mes de julio por su nueva presidenta, Emilia Málaga. Por primera vez, la Memoria incorpora un apartado específico sobre la situación de las mujeres en la realidad socioeconómica vasca. Según el informe del CES, en 2018 se creó empleo y se redujo el paro en todos los sectores. También aumentó la población activa, aunque la actividad “sigue por debajo de lo que sería aconsejable para un mayor desarrollo económico”.
Destaca negativamente la baja incorporación al mercado de trabajo de mujeres y personas trabajadoras de mayor edad, y que persiste la contratación a tiempo parcial, la alta temporalidad y la brecha salarial entre hombres y mujeres.
Entre las recomendaciones que hace el CES destaca la necesidad de reforzar la Formación Profesional en todos los estadios, paliar la brecha de género en la elección de estudios y aumentar la participación de las mujeres en los relacionados con la industria.