La compañía CMZ de Zaldibar, especializada en fabricación de tornos para mecanizado de grandes piezas, tuvo que reiniciar desde cero su proceso de internacionalización a finales de la década de los 80. El punto de inflexión lo marcaron la suspensión de pagos declarada en México, que disparó su cartera de impagos, y la constatación de que los tornos convencionales que fabricaban estaban obsoletos y ya no tenían hueco en el mercado. Ante esta situación, la tercera generación de la familia tomó las riendas de la gestión. “La principal decisión que adoptamos entonces fue la de especializarnos en un producto seriado, alejado de la tendencia imperante en el momento de fabricar productos llave en mano”, recuerda Aitor Zumarraga, director general de la compañía. A partir de ahí, una vez consolidada su presencia en el mercado nacional, comenzó de nuevo la expansión internacional. “Abrimos sedes y oficinas comerciales en Italia, Francia, Alemania e Inglaterra a la vez que incrementábamos nuestra capacidad productiva con la creación de plantas especificas destinadas al mecanizado. El crecimiento nos exigió poner en marcha una segunda planta de montaje (Seuner) y recientemente también Neoprec, nuestra tercera planta de mecanizado. El objetivo es conseguir que nuestra capacidad de fabricación sea equivalente a nuestra capacidad de venta y así ser cada vez más productivos”, afirma Zumarraga. En este avance ha colaborado una estrategia ”muy particular” basada en seguir manteniendo la esencia de empresa familiar, “ya que lo llevamos en el ADN”. Reconocen ser un poco el ‘bicho raro’ de la máquina-herramienta. “Decidimos especializarnos es un producto seriado cuando todo el mundo abogaba por los proyectos ‘llave en mano’. Siempre hemos tenido muy claro que el control del proceso productivo nos iba a ayudar a ser muy competitivos tanto en el proceso de venta como en el de fabricación y así ha sido. Somos de los pocos fabricantes de tornos que competimos con enormes empresas multinacionales, con sedes en Japón y otros países asiáticos”, señala el director general de CMZ. Tener los pies en la tierra y la mirada siempre puesta en el horizonte, “no perder nunca de vista dónde estamos y a dónde queremos llegar” han sido sus principales fortalezas. “Coger músculo con plantas de fabricación propia y no externalizar las fases más importantes de nuestro proceso nos ha permitido tomar decisiones ágiles cuando ha sido necesario y crecer de una forma sostenida para llegar al momento actual, volcados en pleno proceso de crecimiento tanto a nivel de capacidad productiva, con la puesta en marcha de Neoprec y el lanzamiento de la Serie TTS, nuestro nuevo torno para decoletaje y trabajo en barra, como a nivel organizacional, preparando un nuevo relevo generacional“.